domingo, 27 de marzo de 2016

34 años después, un grupo de ex combatientes, vuelve a las Malvinas a sanar heridas


Tres mil doscientos 50 kilómetros (3.250), en tres días, recorrió un grupo de 25 ex combatientes de las Malvinas (Falklands para los británicos) residentes en la provincia de San Juan, Argentina, que en la tarde de este Viernes Santo llegó a Punta Arenas en bus para viajar al lugar de la cruenta guerra, 34 años después.


El viaje fue organizado por el gobierno de dicha provincia, donde habitan unos 200 ex soldados que tomaron parte del conflicto bélico que dejó un sangriento balance de 711 muertos, cerca de 2.000 heridos y graves secuelas psicológicas en los jóvenes militares argentinos. De hecho, al menos 200 ex combatientes se suicidaron -en distintos puntos de la República Argentina- con posterioridad a la guerra.


Este 2 de abril se cumplirán 34 años desde que las fuerzas militares ocuparon Las Malvinas.


Los sanjuaninos Ramón Flores y Leandro Neri Caballero visitaron El Magallanes en la tarde del viernes, para dar cuenta de su viaje al emblemático territorio.


Fue el Centro de Ex Combatientes del Atlántico Sur que hizo las gestiones para hacer realidad este anhelado viaje.
“Hace 20 días se inició la difícil tarea de seleccionar a los 25 veteranos de guerra para tener este reencuentro. El proceso consistió en un completo chequeo médico para ver si estábamos en condiciones psíquicas y médicas para volver a las Malvinas”, consignó Caballero.


En su caso se embarcó el 26 de marzo de 1982 y fue parte de la infantería de marina que desembarcó en una playa de aquel archipiélago, en lo que para ellos se denominó la operación Rosario, en honor a la Virgen del Rosario de San Nicolás, que los cuidó de un temporal con olas de 20 metros.


“Nuestra intención era tomar posición de aquel territorio después de 149 años. La función nuestra era izar el pabellón nacional argentino, sacar previamente a los ingleses, respetar a los kelpers y a la gente que vivía allí. 


No podíamos entrar a sus casas y tampoco lo podíamos atacar a ellos, si no nos atacaban. Al momento de desembarcar en la playa designada, nuestro vehículo recibió más de 100 impactos de bala por parte de las huestes enemigas. El blanco de la ocupación era la Casa de Gobierno, donde a la postre se registraron los mayores enfrentamientos. Es en este combate en el que cae herido el capitán de fragata Pedro Edgardo Giachino, del comando anfibio, la primera baja mortal”, relató el ex infante de marina.
Según apunta, fueron 649 compañeros los que dieron su vida en la batalla por la recuperación de las islas Malvinas. 


Sepultados, en dicho territorio, hay sobre 300 cuerpos, mientras los restantes caídos son simbolizados mediante cruces depositadas en el cementerio de Darwin. Y es que sólo el hundimiento del buque General Belgrano costó la vida de 323 marinos, cuyos cuerpos quedaron enterrados en el mar argentino, fuera de las 200 millas marinas.
Reconciliación

Los 25 veteranos de guerra viajan a honrar a sus compañeros de diferentes fuerzas y unidades a través de una oración del Rosario.
“Las islas Malvinas son nuestras y hay que pelear los derechos internacionales a través de la Diplomacia, con el apoyo de todas las naciones, incluido Chile”, reclama con voz enérgica.


Y, es que para Leandro Caballero, “los ingleses buscan dominar el mar, y no solamente el Pacífico y el Atlántico, sino llegar también a la Antártida, y apropiarse de nuestras riquezas del mar argentino, como el krill y todas las reservas de petróleo”, advierte.
Otro testimonio

En el caso de su compañero, Ramón Flores, llegó al archipiélago en marzo de 1982 contratado como civil por una empresa ballenera, situada en las islas Georgias del Sur, donde permaneció hasta el 25 de abril.


“El 19 de marzo, ignorantemente, pusimos una bandera argentina en Georgias del Sur. La izamos para que supieran que había gente argentina. Y, es que allí no había nada, estaba todo abandonado.


 Con el correr de los días llegaron unos ingleses que nos ordenaron que bajáramos la bandera. La volvimos a izar el 3 de abril, cuando las fuerzas de combate argentinas se toman las Malvinas. Yo como civil no tenía la menor idea de lo que podía pasar, tampoco teníamos armas porque éramos trabajadores y no militares. Por lo mismo nos cuidaron los infantes de marina”, evocó Flores.

Fue tomado prisionero por las fuerzas británicas el 25 de abril de ese año, siendo llevado hasta la isla de Ascensión, en el Atlántico Sur, donde fue rescatado por la Cruz Roja Internacional, para posteriormente ser trasladado hasta Montevideo, Uruguay, donde la Cancillería de ese país entregó a los prisioneros de guerra a la Cancillería de la República Argentina, pudiendo de esta manera regresar a su país.


“Viví una experiencia bastante angustiante, pese a no haber combatido. Me imagino lo que pasaron mis compañeros con quienes ahora viajamos a las Malvinas. Insisto, si bien no colaboré con un arma o algo así, pero sí contribuí a pisar ese suelo, que de no haber sido así, no podríamos hoy seguir este conflicto a través de la Diplomacia”, puntualizó.


En todo caso, lo único que hoy le genera algún tipo de molestia, “es tener que ir a un lugar que es nuestro y tener que entrar con pasaporte como si fuéramos personas extrañas. Y, bueno, no queda más que aceptarlo”, complementó.


Ramón Flores fue reconocido como “combatiente” por el gobierno de su país, en consecuencia le asiste el derecho a recibir todos los beneficios que tienen tanto civiles como ex militares que vivieron en carne propia el conflicto bélico.
Vía Crucis

En Viernes Santo, un puñado de los veteranos de guerra argentinos que esa tarde llegaron en bus a Punta Arenas, se sumó al recorrido del Vía Crucis con que la Iglesia Católica revivió la pasión de Cristo. Con la venia del obispo Bernardo Bastres, en una de las últimas estaciones, cargaron la cruz durante la procesión, rito que les provocó una emoción muy grande. “Porque eso es justamente lo que vamos hacer allá; repasar lo vivido durante la guerra y sanar las heridas”, reflexionó Caballero.


Esta misión de ex combatientes porta consigo Rosarios y las cruces de papel que regaló la Iglesia durante el Vía Crucis del viernes en Punta Arenas. “Vamos a rendir honor a todos los veteranos cuyos cuerpos quedaron en las Malvinas, no sólo a los argentinos, sino también a los ingleses que perdieron sus vidas. Y, además, rezaremos una plegaria por los dos pueblos”, comentó.


A 34 años del enfrentamiento bélico, Leandro Caballero asegura: “Yo no tengo rencor y me encantaría ver flamear nuevamente en ese lugar nuestra bandera argentina”, concluyó.


El vuelo Lan hacia las Malvinas debía salir de Punta Arenas este sábado, sin embargo fue cancelado debido a las fuertes ráfagas de viento en dicho archipiélago. El vuelo se pospuso para hoy o bien el lunes. La postergación del viaje cayó como un balde de agua fría para los ansiosos ex combatientes.


Los sanjuaninos viajan en calidad de turistas. No tienen permitido hacer actos ni llevar insignias argentinas, ni cantar el himno, o cualquier otra acción que pueda interpretarse como una provocación hacia los isleños.


Su retorno a Punta Arenas está previsto para el próximo sábado 2 de abril, tras lo cual emprenderán el regreso por tierra hasta la provincia de San Juan, haciendo un alto en la ciudad de Río Gallegos, donde recibirán un homenaje de los ex combatientes de la provincia de Santa Cruz

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