jueves, 31 de marzo de 2022

DOS HERMANAS MAESTRAS CERCA ESTUVIERON DE ASUMIR EL CONTROL DEFINITIVO DE LAS ISLAS MALVINAS



PUERTO ARGENTINO.- Hacia el oeste, en las afueras de esta ciudad, junto a la pista de carreras de caballos, una casita guarda los secretos del período en que la Argentina más cerca estuvo de asumir el control definitivo de las islas. Y no, no fue en 1982

Fue mucho antes, cuando dos maestras encarnaron el rostro de la Argentina.

La casita, sobre la calle Race Course Road era -y sigue siendo- sencilla. Base de material, paredes de madera, techo a dos aguas, pequeño jardín limitado por una cerca, y vista a la bahía. “Pasamos un año lindísimo ahí”, resume María Fernanda Cañás, una de aquellas maestras.

Cañas en Stanley


“Dábamos clases en el colegio primario y secundario, y como en cualquier aula, había los que mostraban más o menos interés, y por las tardes dábamos clases a los adultos que quisieran”, cuenta Cañás, que por entonces tenía 24 años. “Después, también dábamos clase por radio al ‘camp’, como ellos le dicen al campo, dos veces por semana. ¡Por radio!”.
Paisaje nuevo

Hoy, no obstante, para llegar desde el centro de Stanley –como todos llaman aquí a esta ciudad- a la casa de las hermanas Cañás hay que pasar por tres hitos que en 1974 no estaban allí. El primero, el busto erigido en honor a Margaret Tatcher, a quien definen aquí como la “salvadora” de los isleños. El segundo, la calle Tatcher. Porque sí, también tiene una calle. Y el tercero, el monumento erigido en agradecimiento a los soldados británicos muertos en 1982, con todos sus nombres. “En memoria de aquellos que nos liberaron”, pregona.




La presencia de las hermanas Cañas en Malvinas era parte de una estrategia tendiente a mejorar los vínculos entre las islas y el continente

Pero aquellos eran otros tiempos. El proceso de acercamiento había comenzado en 1968, pero se aceleró en 1971, cuando el traslado al continente de un isleño por una emergencia médica llevó a la firma del “Acuerdo de Comunicaciones” entre Buenos Aires y Londres. En la práctica, marcó el inicio de un período de intercambio comercial y cultural fluido y frecuente entre las islas y el continente. Hasta que, en 1974, aterrizaron las hermanas Cañás.

“Desde la Patagonia se enviaban frutas y verduras frescas a las islas, y los isleños se atendían en los hospitales de Comodoro Rivadavia, donde los jóvenes iban a estudiar”, rememoró Cañás. “Ahí es donde entramos nosotras”.




Lord Chalfont, funcionario del gobierno británico, viajó a Malvinas en 1968 para intentar convencer a los isleños de la necesidad de un acuerdo con la Argentina

“Nosotras” son ella y su hermana, Teresa, que trabajaba en el colegio Pilgrim’s de San Isidro, y supo que el Gobierno argentino buscaba maestras que hablaran inglés para enseñar español en las islas. “La llamaron a ella y durante el almuerzo en casa lo planteó. Yo era estudiante de Fonoaudiología y de Historia, y venía de dar una clase sobre la Isla de los Estados, así que le dije de sumarme”.
Postulación conjunta

La postulación conjunta fue decisiva para que las seleccionaran. “Buscaban a dos maestras, y que fuéramos hermanas les garantizaba que tendríamos una buena convivencia durante el año que pasaríamos en las islas, que no sería fácil”, cuenta Fernanda Cañás, que con el retorno de la democracia se volcó al servicio diplomático y llegó a ser embajadora en Marruecos, además de estar al frente de la entonces Dirección General Malvinas y Atlántico Sur. “¡Pero por entonces ni pensaba en el servicio exterior!”, aclara.

Tenía 24 años y muchas preguntas sin respuesta. Como cuando el superintendente de Educación les lanzó una frase enigmática al despedirlas. “No se olviden de llevar serrucho y hacha”, les dijo, sin decirles por qué. “Ya lo sabrán allá”.


Phyllis Rendell, una isleña que daba clases en la secundaria local, se hizo amiga de las hermanas Cañas

Mientras las hermanas hacían las valijas, diplomáticos de la Argentina y el Reino Unido buscaban una salida al laberinto de casi un siglo y medio. Analizaban cómo concretar la “transferencia de la soberanía” dentro de un proceso global de descolonización. Los isleños sentían que Londres les soltaba la mano. Y eso lo percibían las hermanas Cañás.

“Muchos isleños no podían vernos y el muy ‘anti’ se cruzaba de vereda si nos veía en la calle -cuenta Fernanda- pero a los isleños tampoco les caían bien los ingleses, que los miraban desde arriba. Era otra época, en la que el gobernador enviado por la Corona británica era muy fuerte en las colonias”.

Con el gobernador, el neocelandés Ernest Gordon Lewis, las hermanas mantenían una buena relación. “Nos invitaba continuamente a las reuniones del Concejo, que era en el gimnasio… ¡y la gente se colocaba enfrente!”, rememora entre risas. “Pero el gobernador no aflojó y su esposa vino a tomar clases de español con nosotras. Para mí, a pedido de su marido, como ejemplo para los isleños”.





Las hermanas Cañas ocuparon una casita sobre la calle Race Course Road

Por allí pasaba una de las claves de su año en las islas. El gobierno del Reino Unido reclamaba el envío de maestras que enseñaran español, como forma de fomentar la interacción entre los isleños y el continente. “Ellos [por las autoridades en Londres] ponían nuestra casa y la turba; el Gobierno argentino, nuestro salario”, sintetiza Fernanda.
Otros tiempos

Eran otros tiempos, sí, al punto que el gobernador británico las sorprendió en julio de 1974. El presidente Juan Domingo Perón acaba de morir y el representante de la Reina las convocó a una misa que se celebró en su memoria, junto a su esposa, Jean Margaret Smyth, y todas las autoridades coloniales y locales presentes, además de los nueve argentinos con funciones formales en esta ciudad. Entre ellos, los de LADE (Líneas Aéreas del Estado), de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) y de Gas del Estado.

Sin embargo, la muerte de Perón frustró la penúltima oportunidad en que ambos países estuvieron muy cerca de acordar. El embajador británico en Buenos Aires, James Hutton, llegó a entregarle un “non paper” –una propuesta no oficial- al canciller Alberto Vignes para que ambas banderas flamearan en las islas, el gobernador fuera designado de manera alternada por ambas naciones y el inglés y el español fueron, ambos, idiomas oficiales. De allí, pues, la importancia de las hermanas Cañás.



Las autoridades de las islas y las argentinas trabajaban coordinadas en el suministro de MalvinasAlconada Mon, Hugo

Los isleños también comprendían que el camino iba en dirección al continente. Y así lo recuerdan en folletos como “Nuestras islas; nuestra historia”, del Museo y Fundación Nacional Islas Falkland, cuya copia obtuvo LA NACION, en la que junto a una foto que evidencia el malestar isleño con las autoridades británicas, explicita el contexto. “Las décadas de 1960 y 1970 fueron años de una presión constante para los isleños. El Gobierno británico, que debería haberlos protegido, parecía verlos simplemente como un problema que resolver y a la vez no estaba dispuesto a invertir una cantidad de dinero considerable para hacerlos autosuficientes”. Eso cambiaría tras la guerra de 1982 –y se extiende hasta hoy-, pero en 1974 parecía una utopía.

Eran otros tiempos. “No había televisión y el cine era una cinta que se pasaba con una de esas máquinas viejas y grandotas, en la parroquia”, detalla Cañás. Muy distinto de lo que ocurre en estos días. Por estos días, el cine Harbour Lights ofrece Batman y otras tres películas.

Las hermanas aprendieron a hilar en una rueca, cultivar nabos y tomates, y comprendieron por qué las habían urgido a llevar serrucho y hacha. Uno era para destazar el medio cordero que el carnicero les dejaba colgado de un gancho, dentro de una fiambrera, en la parte trasera de la casita; la otra, para cortar la turba con la cual luego calefaccionaban y cocinaban.

Por aquellos años, el mayor desafío para la Argentina no era el gobierno británico, sino la Falkland Islands Company (FIC, como se la conoce aquí), que ejercía un poder casi monopólico sobre el archipiélago y se movía con astucia en Londres para, lobby mediante, resguardar sus intereses. Pero la relación con los isleños cambió con el paso de las semanas y los meses.

“Teníamos material del Consejo Nacional de Educación, lo más avanzado posible, que ni siquiera estaba en la Argentina, como los pizarrones magnéticos, y los isleños no podían creerlo. ‘¿Así dan clases en la Argentina?’, preguntaban”, cuenta. “Dábamos clases apoyados en una pedagogía más moderna, cuando a ellos los hacían repetir y aprender de memoria”.

El paso de los meses los llevó a acostumbrarse al lugar y forjar relaciones. Así fue como el mismo viento que al principio llegaba a darles dolor de cabeza –” ¡y una vez me tiró al piso!”-, luego pasó a un segundo plano. Y algunos rostros anónimos se convirtieron en amigos que perduran. Como Phyllis Rendell, una isleña que daba clases en la secundaria local, pasó por Arabia Saudita, volvió a las islas con su marido, llegó a ser directora de Educación y dueña del Malvina House, un hotel fundado en el siglo XIX, antes de venderlo todo y radicarse en la isla Bleaker o María-, al este de la isla Soledad.

Hoy, casi medio siglo después de forjar aquella amistad con Cañás, Rendell preside el comité organizador de las celebraciones previstas por el 40 aniversario del “Liberation Day”. Es decir, cuando las tropas argentinas capitularon, el 14 de junio de 1982. Pero los cortocircuitos entre naciones no alteraron el vínculo personal entre ellas. El afecto con Cañás perdura.

“Mi año en las islas terminó en 1975 y nunca más volví. Como diplomática argentina, no podía”, explica Cañás, a quien otras maestras reemplazaron allí, en períodos de un año, hasta que en 1982 terminó todo. “Espero volver algún día. Muchos afectos siguen allí”. Como diplomática, está convencida que ése es el camino. “Debemos ser atractivos, estables, sin usar las Malvinas para uso de política doméstica, sino pensando en nuestra política exterior”.

lunes, 28 de marzo de 2022

LAS MUJERES DE MALVINAS, UN CAPITULO QUE EL MACHISMO INTENTO DEJAR EN EL OLVIDO



Silvia Barrera es una de las enfermeras que estuvo en Malvinas como voluntaria durante la Guerra. Junto a Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes fueron las primeras mujeres reconocidas como veteranas por el Estado argentino en 1983.




Un grupo de mujeres argentinas, enfermeras, instrumentadoras, diplomáticas y técnicas, tanto civiles como militares, entraron en la historia nacional por su participación en la guerra de Malvinas, a pesar de que el machismo vigente en las estructuras jerárquicas y en sus superiores de aquel entonces conspiró para relegarlas al olvido.

Después de la recuperación de las islas Malvinas durante la operación Rosario en la madrugada del 2 de abril de 1982, el Ejército Argentino montó un hospital de campaña en Puerto Argentino cuyos quirófanos no disponían de instrumentadoras, tarea exclusiva de mujeres hasta 1985 cuando se aceptaron los primeros estudiantes varones de esa especialidad en Argentina.

Ninguna autoridad pareció haber reparado en ese faltante hasta el comienzo de las hostilidades con los bombardeos del 1 de mayo de 1982 cuando la falta de instrumentadoras dificultó la atención de los heridos que necesitaban cirugía.



"Después de la guerra nos hicieron notas y eso nos ayudó a mostrar que las mujeres estuvimos en Malvinas 


En mayo de 1982 Silvia Barrera era una instrumentadora de 23 años que llevaba dos trabajando en el Hospital Militar Central, estaba de novia con un médico de ese centro de salud, y fue una de las 32 civiles que cumplían esa tarea en esos quirófanos y que fueron convocadas a una reunión por sus superiores.

Barrera contó en diálogo con Télam que "cuando empezó la exposición estábamos 32 chicas en el salón, y en la medida en la que nos iban poniendo al tanto de cómo estaba la situación y cuáles eran los riesgos primero se empezaron a retirar las que tenían hijos, después las casadas o las que tenían a los padres a su cargo, y al final quedamos sólo cinco voluntarias; como éramos menos que las necesarias de hizo una convocatoria similar a las chicas del Hospital de Campo de Mayo y de allá se sumó una más".

"Cuando le avisé a mi novio que me iba a Malvinas me dijo que no podía ser posible que siendo yo instrumentadora, civil y mujer sea desplegada y que a él que era médico, militar y hombre no lo llamen; que yo de ninguna manera podía aceptar. En ese mismo momento y antes de armar el bolso corté la relación", recordó con risas.

Las jóvenes instrumentadoras civiles destinadas por el Ejército al hospital de Puerto Argentino despegaron de Buenos Aires rumbo a Río Gallegos con uniformes de verano y borceguíes de hombre varios talles más grandes, sin comer y sin documentación que acreditase para que viajaban; gracias a un médico militar que encontraron de casualidad pudieron comer unos sánguches en el cordón de la vereda y comunicarse para que las trasladen hasta el helicóptero que las llevó hasta el rompehielos Almirante Irízar, que prestaba servicio de hospital flotante junto al transporte polar Bahía Paraíso.


"Cuando le avisé a mi novio que me iba a Malvinas me dijo que no podía ser posible que siendo yo instrumentadora, civil y mujer sea desplegada y que a él que era médico, militar y hombre no lo llamen; que yo de ninguna manera podía aceptar. En ese mismo momento y antes de armar el bolso corté la relación"Silvia Barrera.

La instrumentadora señaló que "el primer encuentro con la tripulación del Irízar fue muy tenso, a ellos no le habían dicho que las instrumentadoras eran mujeres y los marineros son muy supersticiosos sobre la presencia femenina en los buques, hacía muy poquito los ingleses habían hundido el crucero General Belgrano y el jefe de cubierta del rompehielos, que era un machista recalcitrante, empezó a gritar que nos iban a hundir porque estábamos nosotras a bordo".

Las seis instrumentadoras trabajaron durante toda la noche de ese 8 de junio en el armado de los quirófanos del rompehielos, tarea que no tenían asignada y les habían pedido como favor porque el plan era que ellas desembarcasen al día siguiente en Puerto Argentino, mientras estaban ahí el buque recibió una inspección de Cruz Roja y Naciones Unidas que registró formalmente su presencia allí, documento que luego les permitió certificar su condición de veteranas.


Barrera indicó que "al atardecer del 9 de junio el rompehielos llegó a Puerto Argentino pero no pudo amarrar porque los ingleses bombardeaban desde que se ponía el sol hasta el amanecer, a la mañana siguiente nosotras estábamos listas para desembarcar pero no podíamos hacerlo sin tener grado militar y como correspondía que nos den el de tenientes los médicos varones que estaban en tierra se opusieron porque íbamos a tener el mismo que ellos; se extendió el ida y vuelta mientras que había pacientes esperando en el hospital y continuaban las hostilidades y finalmente el comandante del Irízar cerró el debate anunciando que nos quedábamos embarcadas para apoyar los quirófanos del buque".

A bordo del rompehielos las instrumentadoras hicieron mucho más que asistir en las cirugías, aprendieron sobre tipos de heridas que solo se ven durante las guerras, cuando fue necesario fueron de camilleras, enfermeras, madres o hermanas; también ayudaron a sus pacientes a escribirle cartas a sus familias y anotaban números de teléfono para llevar alivio a alguna familia cuando pudiesen.

En ese sentido la instrumentadora reflexionó: "todas ocupamos un rol al que no estábamos habituadas, en la vida cotidiana al paciente lo vemos casi siempre inconsciente, pero en el rompehielos nos tocó escuchar sus llantos de dolor, sus quejidos, recibirlos conscientes pero con las heridas abiertas por el movimiento de los helicópteros que los traían, hacerles la cama y las curaciones postoperatorias. Hacia el final los traían directo del campo de batalla y teníamos que cortarles la ropa y bañarlos sin anestesia para encontrar las heridas debajo del barro".


"El primer encuentro con la tripulación del Irízar fue muy tenso. Los marineros son muy supersticiosos sobre la presencia femenina en los buques, hacía muy poquito los ingleses habían hundido el crucero General Belgrano y el jefe de cubierta del rompehielos, que era un machista recalcitrante, empezó a gritar que nos iban a hundir porque estábamos nosotras a bordo"Silvia Barrera

"En general los buques hospitales navegan acompañados de un buque de combate, pero como a la Argentina no le sobraban buques el Irízar y el Bahía Paraíso iban solitos, nos empezamos a dar cuenta de cómo estaba la cosa cuando nos cruzábamos cada vez más seguido con la flota británica", agregó.

Durante el 13 de junio las fuerzas británicas intentaron un desembarco en botes semirrígidos, utilizando la silueta del rompehielos para ocultarse de los vigías en la costa, lo que desembocó en un tiroteo entre las tropas inglesas y la tripulación del buque, que nunca les contó del episodio a las instrumentadoras hasta que años después ellas se enteraron por un documental.

Barrera enfatizó que "las diferencias que podían tener con nosotras porque éramos mujeres, civiles y militares pasaron a segundo plano cuando hubo que empezar a atender heridos y se formó un gran equipo de trabajo".



Y añadió: "El 13 de junio por la noche el comandante del rompehielos anunció por los altoparlantes que al día siguiente se iba a firmar un alto al fuego pero nadie esperaba que fuese el final del conflicto. El 14, cuando nos enteramos de la rendición, fue un shock porque habíamos salido de Buenos Aires con la idea de que estábamos ganando".

El final del conflicto terminó con la atronadora sinfonía de bombas y artillería a la que se habían acostumbrado las instrumentadoras, que desde la cubierta del rompehielos podían observar con claridad cómo bajaban de los montes los soldados argentinos para ser desarmados y tomados prisioneros.

Desde el Irízar, ese grupo de jóvenes mujeres compartió la impotencia de toda la tripulación mientras veían a las fuerzas inglesas arriar la bandera argentina para enarbolar la británica, y también cómo algunos soldados argentinos eran dejados a la intemperie en ropa interior.

La instrumentadora apuntó que "hasta el 18 de junio estuvimos frente a Puerto Argentino recibiendo heridos, el apuro era rescatar a la mayor cantidad de soldados para evitar que caigan prisioneros y sacar de las islas a todo el personal civil que estaban en las islas sin grado militar y era considerado apoyo de combate como los trabajadores del Correo Argentino, los capellanes, los de Vialidad Nacional o los periodistas de Télam, ATC y revista Gente. Ese día subieron los británicos a inspeccionarnos y se llevaron los rollos de la cámara de fotos que me había regalado papá".

Numerosas ambulancias esperaron al rompehielos en el puerto de Comodoro Rivadavia desde donde trasladaron hacia distintos centros de salud a los 350 heridos y los 40 civiles evacuados que fueron asistidos por las instrumentadoras.


"Después de la guerra nos hicieron notas en los medios y eso nos dio una visibilidad que ayudó a mostrar que las mujeres estuvimos en Malvinas pero también generó enconos por parte de militares que sentían que de alguna manera les robábamos protagonismo o no aceptaban que tuviésemos más condecoraciones que algunos de ellos "Silvia Barrera.

Silvia rememoró: "En Comodoro Rivadavia nos subieron a un avión al que le habían sacado los asientos para cargar más gente, en el viaje nadie nos llevó el apunte y aterrizamos en Buenos Aires el domingo 20 de junio, que se celebraba el Día del Padre y el Día de la Bandera. El lunes nos reincorporamos al hospital y parecía que a nadie le importaba Malvinas, todos hablaban de que habíamos perdido en el Mundial de España y de la visita de Juan Pablo II".

"Era como que cargábamos con la derrota", reflexionó.

"Después de la guerra nos hicieron notas en los medios y eso nos dio una visibilidad que ayudó a mostrar que las mujeres estuvimos en Malvinas pero también generó enconos por parte de militares que sentían que de alguna manera les robábamos protagonismo o no aceptaban que tuviésemos más condecoraciones que algunos de ellos; lo más valioso para nosotros siempre fue la aceptación de los centros de veteranos que nos integraron y también fue muy importante que en 2012 el Estado Nacional nos reconozca como veteranas a nosotras y también a las mujeres que prestaron servicio en la marina mercante y en el cuerpo diplomático", subrayó.

"Tres años después de la guerra conocí al que terminó siendo mi marido y hoy soy mamá de Gonzalo de 35, Emiliano de 33, Paloma de 26 y Miranda que tiene 20 y hoy es soldado voluntaria en el mismo hospital en el que trabajo hace 42 años, también tengo un nieto de 7; con el tiempo me fui del quirófano, estudié distintas carreras y hoy como jefa de ceremonial del hospital organizo jornadas y actividades. Las mujeres se fueron capacitando dentro de las fuerzas armadas y hoy hay muchas con grados altos que ocupan roles importantes, nuestra historia es parte de ese camino", finalizó.

Barrera junto sus compañeras Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes fueron las primeras mujeres en ser reconocidas como veteranas de Malvinas por el Estado argentino en 1983, más tarde alcanzaron ese reconocimiento de parte del Poder Ejecutivo Mariana Florinda Soneira, Marta Beatriz Giménez, Graciela Liliana Gerónimo, Doris Raneé West, Olga Graciela Cáceres, Marcia Noemí Marchesotti, María Liliana Colino, Maureen Dolan, Silvia Storey y Cristina María Cormack.

En mayo de 2021 la enfermera de la Fuerza Aérea Argentina Alicia Reynoso que había prestado servicio durante la guerra en el hospital reubicable de Comodoro Rivadavia logró su reconocimiento como veterana por la vía judicial, reclamo que hoy también tramitan sus compañeras.

martes, 22 de marzo de 2022

EN MEDIO DE LAS CRITICAS, LUANA VOLNOVICH ENCARA UN GASTO MILLONARIO EN EL PAMI




Un informe televisivo reveló la intención del organismo de poner en marcha un servicio de teleasistencia domiciliaria en forma ilimitada que costaría más de 1.600 millones de pesos.





La titular del PAMI, Luana Volnovich, quedó nuevamente en el ojo de la tormenta luego de que un informe televisivo revelara la intención del organismo de poner en marcha un servicio de teleasistencia domiciliaria en forma ilimitada que costaría más de 1.600 millones de pesos.

Según informó el periodista Luis Gasulla en el programa La Cornisa, del canal LN+, el PAMI está preparando una licitación desde principios de marzo para "la contratación de un servicio de 'Teleasistencia Domiciliaria' para personas afiliadas por el término de 12 meses con opción a renovación por hasta igual periodo y adquisición de 33.360 equipos (dispositivos y accesorios pertinentes) necesarios para el adecuado funcionamiento del servicio".


En ese sentido, la documentación aprobada por Luana Volnovich apunta a que "la entidad adjudicataria deberá proveer a las personas afiliadas el servicio durante las 24 horas del día, los 365 días del año, garantizando una comunicación bidireccional entre la persona usuaria y la Central de Atención (CA), tantas veces como sea necesario".




"A este efecto, el adjudicatario deberá contar con una Central de Atención (CA), quienes serán los que estarán en permanente vinculación con las personas mayores usuarias del servicio, y deberá comprender como mínimo: llamada de inicio; llamadas de seguimiento y atención interpersonal; llamadas de emergencia; llamadas informativas. Asimismo deberá contar con un servicio de alerta y un servicio móvil de atención de urgencias cuando el caso lo requiera", añadió.


Dicho servicio estaría sustentado por una serie de 30.000 equipos con forma de handies y complementados con botones. Cada aparato está cotizado por el PAMI en más de 20.000 pesos.





ESOS SON LOS APARATOS QUE EL PAMI PRETENDE INCORPORAR A SU SERVICIO DE TELEASISTENCIA.

El costo total del servicio, que incluye el costo de las llamadas, el pago a los teleoperadores y la compra de los equipos, en su primera etapa rondaría en 1.633.806.000 pesos.

"Lo que dicen en el PAMI es que este sistema es lo que se viene a nivel mundial", sintetizó Gasulla.

No es la primera vez que Volnovich es protagonista de un escándalo. A principios de año, se supo que la funcionaria de La Cámpora había viajado con su pareja al Caribe pese a las fuertes restricciones cambiarias. Recientemente, se conoció la noticia de que había incorporado a más de 200 personas a la planta permanente del PAMI pese a no contar con los estudios secundarios completos, un requisito fundamental para ingresar como trabajador del Estado.

sábado, 19 de marzo de 2022

EL GOBIERNO IMPULSA UN AMPLIO PLAN DE ACTIVIDADES QUE INCLUYE LA APERTURA AL PUBLICO DE UNIDADES MILITARES



Guerra de Malvinas: el Gobierno impulsa un amplio plan de actividades que incluye la apertura al público de unidades militares
El objetivo durante estas jornadas será “homenajear a los veteranos caídos y a sus familiares”






Este 2 de abril se cumplirán 40 años del inicio de la guerra (Nicolás Kasanzew)

Luego de que en abril de 2021 se decretara una vigilia malvinera de un año de duración, diversos actos enmarcarán el 40° aniversario de la gesta. Aún no hay precisiones sobre la participación del presidente Alberto Fernández a alguna de las ceremonias previstas.

El pasado 2 de abril, en la plaza de armas del Ministerio de Defensa, el ex ministro del área Agustín Rossi daba por iniciada la llamada “Vigilia Malvinera de Cara al 40° Aniversario de la Gesta”.


Ahora, a dos semanas de la emblemática fecha, comienza a develarse el plan de actividades con las cuales las autoridades políticas y militares de la nación honrarán la memoria de los caídos en combate y homenajearán a quienes regresaron con vida al continente.

“Instruyese a los Jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas a realizar en las unidades militares bajo su órbita, actos que tengan por objeto homenajear a los veteranos caídos (y a sus familiares) durante el conflicto del Atlántico Sur en ocasión de celebrarse el próximo 2 de abril su cuadragésimo aniversario”, indica el articulo primero de la disposición dada a conocer este viernes por el equipo de difusión del actual ministro Jorge Taiana.

Asimismo, en los artículos subsiguientes el titular de la cartera dispone que los jefes militares “arbitren las medidas necesarias en el ámbito de sus respectivas fuerzas para que el personal militar a su cargo participe y brinde colaboración en aquellos actos públicos que se realicen en el marco de la conmemoración del 40° aniversario del conflicto”.

En concordancia con lo anterior, Taiana también ordenó a sus mandos subordinados proceder a la apertura de todas las unidades, cuarteles y bases militares en las que se alberguen espacios culturales aptos para la difusión y concientización en todo el territorio nacional acerca de los derechos soberanos argentinos respecto de la “Cuestión Malvinas” y asimismo honrar a los veteranos y a sus familias.

Fuentes militares consultadas por Infobae anticiparon que, si bien aún no está definido el acto central, si está confirmada la presencia de Taiana y de otros altos funcionarios nacionales en la tradicional vigilia que se llevará a cabo a partir de las 21.00 del 1 de abril en la ciudad de Rio Grande, provincia de Tierra del Fuego.





Durante las actividades se homenajeará a los veteranos y a sus familiares (Franco Fafasuli)

Respecto a la presencia del Presidente de la Nación durante el tradicional acto que el Estado Mayor Conjunto de las FFAA lleva a cabo cada año en el cenotafio ubicado en la plaza San Martín, en el barrio porteño de Retiro, y en la plaza de armas del Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, no se han brindado precisiones. Vale recordar que ese día el primer mandatario cumple 63 años, ya que nació el jueves 2 de abril de 1959.

En forma paralela a los actos nacionales, cada una de las 24 provincias han organizado sus propias conmemoraciones, en las que tendrán principal protagonismo los diferentes centros de veteranos provinciales.

Para el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno porteño está convocando a los veteranos domiciliados en este distrito y que hubieran cursado sus estudios primarios o secundarios en colegios públicos para que encabecen el izado del pabellón nacional en sus respectivas escuelas. Esta actividad se prolongará a lo largo de los 74 días que median entre el 2 de abril y el 14 de junio. fecha en la que finalizó la guerra.

Por su parte, instituciones como la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas (la más grande y representativa a nivel nacional) y la Liga Naval Argentina, se sumarán a la conmemoración movilizando a sus asociados a la plaza San Martín y realizando jornadas de difusión en distintos establecimientos educativos de nivel primario y secundario.

La llamada “Gesta de Malvinas” comenzó a concretarse a las 06.15 del 2 de abril de 1982, cuando tocaron tierra en la isla los vehículos anfibios blindados que integraron el “Grupo de Tareas 40.1″, compuesto por Infantes de marina y miembros del Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino.

Luego de una serie de operaciones militares incruentas para las tropas Británicas, pero durante las cuales murieron el Capitán de Corbeta Pedro Giachino, siendo las 12.30 se procedió al arriado de la bandera británica y se izó después de 139 años la enseña nacional.

jueves, 17 de marzo de 2022

DESMALVIZACIONES Y REMALVIZACIONES






Durante el momento del aislamiento más estricto por el COVID, en 2020 algunos comentaristas hablaron de una “malvinización” de la sociedad debido al espíritu colaborativo de la primera etapa del ASPO y a un supuesto avance del control estatal sobre nuestra vida cotidiana. Cuidarnos entre todos evocó, para estas voces, la gran movilización popular que se había producido durante la guerra de Malvinas.


Las palabras y los conceptos tienen historia. Es muy importante recordarlo cuando se cumplirán cuarenta años de la guerra de 1982, porque desde hace tiempo hay quienes plantean la necesidad de una remalvinización de la Argentina. El concepto tiene su opuesto: la desmalvinización: el abandono de la causa nacional, el olvido de sus protagonistas, o políticas denunciadas como contrarias a los intereses nacionales. De más está decir que quienes sostienen la necesidad de malvinizar se consideran los más idóneos para desempeñar esa tarea, así como poseedores de la verdad con la que cumplirían ese objetivo.

En su origen, el significado de la desmalvinización fue completamente diferente. En marzo de 1983, durante el último año de la dictadura militar, la revista “Humor” publicó una entrevista realizada por el escritor Osvaldo Soriano al sociólogo francés Alain Rouquié, que afirmó: “Quienes no quieren que las Fuerzas Armadas vuelvan al poder, tienen que dedicarse a ‘desmalvinizar’ la vida argentina. Eso es muy importante: desmalvinizar. Porque para los militares las Malvinas serán siempre la oportunidad de recordar su existencia, su función y, un día, de rehabilitarse. Intentarán hacer olvidar la ‘guerra sucia’ contra la subversión y harán saber que ellos tuvieron una función evidente y manifiesta que es la defensa de la soberanía nacional”.

Para Rouquié “Malvinas” iba a ser un Caballo de Troya mediante el cual los acusados por violaciones a los derechos humanos enfrentarían las críticas y, también, señalarían el acompañamiento social que el desembarco en las islas había tenido (y, por extensión, un apoyo social a la dictadura). En consecuencia, el gobierno democrático debía evitar que unas Fuerzas Armadas aún poderosas usaran dicha legitimidad y condicionaran al gobierno constitucional, sin renunciar al reclamo de soberanía que la guerra había comprometido.

Desmalvinizar, en su origen, significaba sencillamente quitarle un símbolo a los militares golpistas y a sus defensores. Pero esa idea circuló durante una transición en la que la dictadura reivindicó la gesta militar pero ninguneó o directamente persiguió a sus protagonistas conscriptos, mientras que el gobierno de Alfonsín relegó la visibilidad del tema ante las urgencias que la política del juzgamiento a los terroristas de Estado le imponía.

Así, las políticas de ocultamiento y persecución hacia los ex combatientes se prolongaron en la desatención de sus demandas más básicas durante los primeros años de la democracia, y la desmalvinización incorporó otros significados. Acallar la voz de las Fuerzas Armadas produjo la negación de la experiencia de guerra de los ex combatientes y el olvido de la guerra misma. Pero más profundamente, debido a su arraigada presencia en la cultura política argentina, la desmalvinización pasó a significar el abandono o la claudicación en la causa nacional de la recuperación de las Islas Malvinas.

La idea del abandono de la causa es el significado más fuerte en el presente, y lleva a formular la necesidad de una remalvinización. Desde 1982 las Malvinas pasaron de ser uno más entre otros símbolos nacionales a ser un sinónimo de la patria, casi la nación misma. Con la desagradable consecuencia de que ofrecen la posibilidad de trazar una línea entre quienes defienden los intereses nacionales y los que no. Y de manera medir quiénes son más o menos argentinos.

A cuarenta años de la guerra, ¿podemos hablar de desmalvinización? Sin duda que los primeros años de la posguerra fueron durísimos para los ex combatientes y sus familias. Pero algunas investigaciones, como la de Daniel Chao, muestran la variedad y cantidad de reconocimientos materiales y simbólicos nacionales, provinciales y municipales que acumulan desde el final de la guerra.

La reparación material y económica es tan importante como la llamada “reparación histórica”: el reconocimiento simbólico a la participación en la guerra. Los mismos ex combatientes y sus familiares señalan que de forma muy temprana, a escala local, los veteranos de guerra recibieron el reconocimiento de su pueblo. No faltaron tampoco gestos nacionales: el feriado del 2 de abril (vigente desde 2001); la presencia en la Ley de Educación de 2006 de la obligatoriedad de la enseñanza de Malvinas… todas señales de que la desmalvinización es más retórica que real. Más aún: la primera disposición transitoria de la Constitución Nacional, establece: “la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes (…) La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.

El panorama es más complejo en cuanto a las políticas concretas para la recuperación de Malvinas. Por eso es importante distinguir el uso de la idea de malvinización en la política interna, y pensar de otra manera y menos sectaria la tarea pendiente. Si pensamos en la política exterior, la urgencia de la política interna no permitió a Alfonsín mucho más que reparar el retroceso que la guerra produjo. Menem restableció relaciones con el Reino Unido e inició la llamada “política de seducción”. Los gobiernos kirchneristas pasaron de una relativa inercia inicial a transformar Malvinas en una bandera nacional, sobre todo desde 2012: abandonaron algunos de los acuerdos firmados en la década del noventa, y endurecieron el discurso sobre los isleños. El macrismo, con su vocación de “reinserción” en el mundo, subestimó el peso simbólico interno de la causa nacional. Sostuvo la identificación de los caídos enterrados en Darwin iniciada en la segunda presidencia de CFK pero otras medidas, como habilitar un vuelo a Malvinas desde Brasil con escala en Córdoba fueron vistas como “desmalvinizadoras” y entreguistas, en el marco de una política general de ajuste y endeudamiento.

La idea de la desmalvinización es tan eficaz como peligrosa en la política interna. En agosto de 2021 un grupo de diputados del Frente de Todos presentó un proyecto de ley para aplicar sanciones civiles y penales a los negadores y reivindicadores de la dictadura militar, los que menosprecien las medidas de salud pública por la pandemia o la perjudiquen con sus conductas, o desconozcan la soberanía argentina sobre las Malvinas. Que para los autores de la propuesta el pensamiento crítico sobre Malvinas sea equiparable a la negación de los crímenes de la dictadura evidencia tanto el peso del símbolo como la superficialidad del pensamiento político, siempre a la caza de efectos inmediatos.

A cuarenta años de la guerra de Malvinas el país está malvinizado: nadie se ha olvidado del reclamo, ni de los muertos, ni de los veteranos. ¿Qué es entonces esta alegada necesidad de remalvinización? Sencillo: la autopostulación de algunos actores políticos y sociales como custodios de la verdad y garantes de un argentinómetro a partir del cual medir el patriotismo y el compromiso de los demás. La búsqueda de una patente para ocupar espacios de poder en el Estado y desde allí condicionar y dirigir políticas. Un púlpito desde el cual predicar una religión nacional.

Si hay malvinizadores y desmalvinizadores, recibir uno u otro calificativo instala una peligrosa y excluyente división, sobre todo en el actual clima de intolerancia, la folklórica y funcional grieta para la que Malvinas tiene un enorme potencial polarizador. Una causa nacional, en un país en crisis y carente de referentes, refuerza los esencialismos. Por ejemplo, el hecho de que para algunos recuperar las islas funciona como el paso previo necesario para recuperar el país: una esencialización del territorio y del pasado que crea la ilusión de una “Argentina histórica” que puede ser reconstruida. Pero si esto fuera así, ¿para qué pensar una nueva? No obstante, malvinizar es un verbo que implica una acción, orientada por una idea de nación y de sociedad. ¿Qué Malvinas, para qué Argentina?

La advertencia temprana de Alain Rouquié a Osvaldo Soriano ya es irrelevante: los militares no son una amenaza. Pero sigue vigente en cuanto a una matriz de pensamiento nacionalista y excluyente que llevó no solo a la guerra en 1982, sino que había alimentado la matanza interna previa. A cuarenta años de la Guerra de Malvinas, un país que hizo de la memoria y la justicia los ejes de la reconstrucción democrática debería estar atento a los peligros de discursos esencialistas y estigmatizadores que construyen una idea de pertenencia basada no en la apropiación crítica del pasado, sino en la obligatoriedad de un dogma de la argentinidad, del que no es posible apartarse so pena de sanción. Nada hay más colonial que imponerle el pensamiento propio a otro.

Lamentablemente, con el paso del tiempo el incipiente proceso de introspección moral y autocrítica social y política que fue visible en la inmediata posguerra fue desplazado por los relatos simplistas y maniqueos que no permiten la reflexión sobre cómo seguir adelante en la reivindicación de la soberanía argentina sobre las islas.

martes, 15 de marzo de 2022

LOS VETERANOS DE MALVINAS MARCHARAN HACIA EL PAMI 16/03/2022


La movilización será para pedir respuestas a las problemáticas que aún no han sido respondidas por la entidad. Se espera una gran convocatoria de personas para marchar.





Através de un comunicado emitido por la Confederación Nacional de Combatientes de Malvinas de la República Argentina, informaron que, el día miércoles 16 de marzo de 2022, a las 9 hs realizarán una manifestación (a través de una marcha) a las autoridades de PAMI para reclamar con carácter de urgencia los siguientes puntos:

- Que el área de Veteranos de Guerra, hoy subgerencia, sea convertido en GERENCIA.

- La implementación de la Resolución 191/05 y sus anexos. (Cobertura social y médica para la prevención en salud)

- La normalización, en todas las provincias, de las coberturas médicas correspondientes. (Las necesidades fueron entregadas en reiteradas oportunidades al gerente técnico Eugenio Garriga Lacaze y también por mesa de entrada al PAMI).

- El ingreso y nombramiento inmediato, de los hijos de VGM empleados del PAMI fallecidos, en los puestos que por ley deben ser ocupados por ellos.

- El ingreso de hijos de VGM en las distintas Unidades de Gestión Local del país donde sea necesario. (Dentro del área de gerencia de VGM).




VGM Ramón Robles - VGM Rubén Rada. 

A esta manifestación y marcha adhiere la Carpa Verde, con todos sus representantes. También cabe destacar que la Confederación Nacional de Combatientes de Malvinas de la República Argentina, representa a soldados de todas las fuerzas, de la mayoría de las provinciaS del país.

Los soldados marcharán en busca de respuestas ante PAMI. (Gentileza Confederación Nacional de Combatientes de Malvinas de la República Argentina)

lunes, 14 de marzo de 2022

LA NUEVA GOBERNADORA DE LA ISLAS MALVINAS ALISON MARY BLAKE




Quién es Alison Mary Blake, la nueva gobernadora de las Islas Malvinas designada por el Reino Unido

La nueva gobernadora kelper reemplazará a Nigel Phillips en ese puesto a partir de julio. Este 2 de abril se cumplen 40 años de la guerra. Blake viene de ser embajadora en Afganistán.

Alison Mary Blake, la nueva gobernadora de las Islas Malvinas designada por el Reino Unido.

El Reino Unido designó este lunes 14 de marzo a Alison Mary Blake como la nueva gobernadora de las Islas Malvinas. Reemplazará a Nigel Phillips.

"Alison Blake ha sido nombrada Gobernadora de las Islas Malvinas y Comisionada de Su Majestad para las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur en sucesión de Nigel Phillips. Blake asumirá su cargo durante julio de 2022″, informó el Gobierno británico en un breve comunicado.

A poco más de dos semanas de que se cumpla el aniversario número 40 de la guerra de Malvinas que inició el 2 de abril de 1982, el Reino Unido reemplaza a Nigel Phillips que se desempeñaba como gobernador desde septiembre de 2017. De todas maneras, continuará en el cargo hasta julio de este año, cuando finalmente asumirá Blake.


La diplomática se desempeñó en varias áreas del gobierno británico, siendo los últimos dos embajadora británica en Kabul, Afganistán.

Estudió historia antigua y moderna para luego trabajar como arqueóloga para el Museo de Londres, English Heritage y el Greater London Council entre 1983 y 1987. Luego estuvo seis años en el Ministerio de Defensa.


Alison Mary Blake, la nueva gobernadora de las Islas Malvinas.

Años más tarde, participó de la delegación del Reino Unido ante la OTAN de 1996 a 1999. Luego, fue primera secretaría política en la embajada de Washington.

En 2007 llegó a ser jefa del Grupo de Conflicto en el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones. Del 2011 al 2014 fue alta comisionada adjunto en Pakistán y luego en Bangladesh de 2016 a 2019. Finalmente, del 2019 al 2021 se desempeñó como embajadora británica en Kabul, Afganistán.
Qué función cumple el gobernador de las Islas Malvinas

El gobernador es nombrado por la Reina de Inglaterra luego de ser propuesta por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad en el Reino Unido.

"Según la Constitución el gobernador tiene la autoridad de la Reina. Sin embargo, el gobernador normalmente solo actúa con el asesoramiento del Consejo Ejecutivo (local). Con el asesoramiento del Consejo Ejecutivo, el gobernador tiene la facultad de convocar a ese consejo, disolver la Asamblea Legislativa, convocar a elecciones generales y dar a la sanción real a las leyes”, expresa el sitio oficial del gobierno británico en las islas.


El ex gobernador kelper de las Islas Malvinas, Nigel Philips.


“Siguiendo el consejo del Comité Asesor, el gobernador podrá conceder indultos a personas condenadas por cualquier delito, así como conmutar cualquier sentencia de cualquier persona condenada en las islas”, agrega.

En esa línea, también informaron que el gobernador es responsable de la defensa y la seguridad interna de las Malvinas. Sin embargo, está obligado por la Constitución a consultar con el comandante de las fuerzas británicas sobre este tema.


Las Islas Malvinas.

viernes, 11 de marzo de 2022

CHACARERA, ZAMBA, EMOCION Y UN DOCUMENTO POR LA PAZ.




 Terminó el encuentro de veteranos de Malvinas argentinos y británicos

Después de dos días en un retiro en Villa Marista de Luján y una misa en la Basílica, finalizó la reunión propiciada por La Fe del Centurión, una asociación civil que asiste a ex combatientes. Por primera vez, veteranos ingleses visitaron regimientos militares argentinos



El capitán Peter Plunkett a plena chacarera con la bailarina Julieta Subelza. El baile criollo levantó a todos de sus sillas 

Hace 40 años, muchos de los que bailan chacarera en medio del salón buscaban matarse unos a los otros. Ayer era la guerra -esa derrota de la humanidad que es la guerra- y ahora, en esos giros a veces torpes y entre risas, la paz maravillosa. Fue sobre el final del primer día del encuentro entre ex combatientes de Malvinas argentinos y británicos. El hielo inicial, si lo hubo, quedó roto en forma definitiva.

La iniciativa de este encuentro fue obra de una asociación civil llamada La Fe del Centurión, laicos católicos que desde hace años, y desde Florencio Varela, asisten a veteranos de guerra y familiares de caídos en el conflicto de 1982. Comenzaron a gestarlo, explica su referente Daniel Doronzoro, “cuando fuimos a buscar a Roma la imagen de la Virgen de Luján que el Ejército Argentino llevó a Malvinas y los británicos habían llevado a Inglaterra. El 29 de octubre del 2019 tuvimos el encuentro en Roma con el Papa Francisco. 

Ellos nos dieron la imagen histórica y nosotros le dimos otra de la virgen de Luján. Y ahí empezó nuestra relación, como grupo de la iglesia, con los británicos”.
El primer contramaestre Sharkey Ward ante los costillares que se devoraron en la noche de Luján 




Su primer contacto fue con un militar inglés de muy bajo perfil llamado Mike Ross. Fue quien planteó, por primera vez, un encuentro con argentinos. 

Y que todos participaran de una misa. Consultaron con la embajada británica quién podría ser un interlocutor válido y ellos aconsejaron a Geoffrey Cardozo, el militar inglés que se encargó de enterrar a los soldados argentinos en el cementerio de Darwin y luego fue vital para su identificación. El COVID frenó el impulso inicial. “El año pasado, cuando retomamos los contactos, la idea era hacerlo en las islas -continúa Doronzoro-. Pero había elecciones allá y en Argentina, y el COVID repuntó. Planteamos hacerlo ahora, en marzo, antes del 2 de abril y el 14 de junio, que son fechas sensibles en ambos países. Geoffrey armó la delegación británica y nosotros la argentina”.




Anastasio Vilca Condorí, enfermero durante la guerra, canta una copla. 

Sus hermanos Juan Bautista y Mario estuvieron en el crucero General Belgrano. El último murió en el ataque del submarino nuclear Conqueror 

El encuentro tuvo lugar en la Villa San José de los Hermanos Maristas, en Luján. Antes de llegar al asado y los bailes, por la mañana hubo una visita a la Catedral Anglicana de Buenos Aires, donde el reverendo Marcelo Centurión fue el anfitrión; y un paso por el Regimiento de Granaderos a Caballo. En la villa, rodeados de un verde magnífico, el espíritu de camaradería se potenció. La intimidad dejó paso a las confesiones, al relato de las experiencias. A lo que sintió cada uno que debía contar de su paso por la guerra. En semicírculo, escuchándose sin interrumpir, desgranaron historias duras, emotivas y reales.




Veteranos de Malvinas argentinos y británicos vivieron dos días de confraternidad en Luján, convocados por la asociación civil La Fe del Centurión 

El comodoro Luis Puga, piloto y líder del escuadrón de cazas Dagger, dijo que “yo debía operar desde San Julián (en Santa Cruz) y pelear con los Harriers. Tuve tres misiones en la guerra. Una desde el continente cuando un avión argentino salió sin identificación y creímos que atacaba Puerto Belgrano. Las dos restantes, sobre las islas. La primera atacamos a la fragata Brilliant en San Carlos. Después de la guerra conocí a su comandante y tuvimos una gran relación. Él me contó que fueron alcanzados y tuvo 5 heridos pero ninguna baja. La segunda no tuvimos tanta suerte. El 24 de mayo fuimos interceptados por los Harriers, que derribaron al Teniente Castillo. El capitán Díaz y yo, alcanzados por un misil que disparó Michael Hold, por la gracia de Dios nos pudimos eyectar. Caí al mar y comencé a nadar hacia la costa, adonde llegué luego de unas horas. Allí me reencontré con Díaz. Cuatro días después nos rescataron y llevaron a la base de Santa Cruz, donde operaron a Díaz de una fractura… Hoy es un día para recordar a los 55 caídos de la Fuerza Aérea, hombres como nosotros que cumplían con su deber y supieron, como decía San Martín, desenvainar el sable con valor y envainarlo con honor.“




La enfermera Sue Warner con el bailarín de folclore Elian Palomo 

David Wheen comandó la Compañía Lima que capturó Monte Harriet en la noche del 11 al 12 de junio. En ronda, señaló: “Después de dos semanas de patrullaje encontramos una ruta entre las minas, que nos permitió un ataque silencioso. La primera compañía cruzó la línea y llegó sin ser detectada. Más de mil disparos de artillería nos apoyaron y una cantidad similar de los argentinos cayó sobre nosotros. Solo perdimos dos hombres y tuvimos 26 heridos. Uno de los caídos fue el cabo Lawrence. Se había casado hacía poco tiempo y su mujer estaba embarazada. Susan, su viuda, tuvo una hija que llamó Laura en homenaje al padre que nunca conoció. Hoy, Susan está ciega y vive con su hija y su yerno en Escocia, donde Lawrence está enterrado. Hoy quiero recordarlo a él”.




La mirada de todos en los bailarines de tango Yanina y Marcos 

Pero agregó algo más: “El día de la rendición fui el encargado de manejar a los prisioneros, y cuatro días después fui invitado a cenar por uno ellos y tomamos un vino. Cinco años atrás, invitado por Infobae, estuve con veteranos que estuvieron en Harriet. Tuve uno de los mejores asados de mi vida, acá son muy buenos. El primer veterano de esa cena fue herido en el brazo y la pierna. Y me dijo: ‘Antes de que usted diga nada, quiero decirle lo agradecido que estoy’, me dijo. Le respondí: ‘¿Como es posible si yo te herí que me agradezcas’?. ‘Por la forma en que me llevaron al barco hospital y que me operaron’.




La antropóloga Rosana Guber (esposa de Héctor Tessey), el Coronel Geoffrey Cardozo y el Capitán Héctor Tessey en la ronda de chacarera

El Coronel Sergio Schrimer se desempeñaba como Oficial de Arsenales del Regimiento 25 de Sarmiento, Chubut. Fue, seguramente, uno de los primeros militares en conocer la operación para recuperar las islas. “El 26 de marzo al mediodía recibimos la orden del jefe de regimiento de alistarnos para marchar a Malvinas. Tuve 24 horas para tener alistados los medios logísticos del regimiento. Llegamos a Puerto Deseado el 28 y embarcamos en el buque Isla de los Estados. 

El 2 de abril descargamos los elementos en Malvinas. Nos hicimos cargo de los prisioneros ingleses. Además de lo que llevábamos, luego utilizamos el armamento capturado. El 24 de abril nuestros soldados juraron la bandera en Malvinas que después defenderían. Nos reubicaron en el aeropuerto de Puerto Argentino y resistimos los ataques. El coronel Mohamed Seineldín puso a nuestras posiciones bajo la protección de la imagen de la Virgen de Luján que retornó a nuestro país en 2019 y que hoy está aquí en este encuentro. Recibimos más de 120 toneladas de bombas, fue una de las zonas más batidas. Nuestro Regimiento no tuvo bajas”. Después del 14 de junio, Schrimer estuvo un mes prisionero. “Siempre me trataron con respeto”, asegura.




El Obispo Paul Mason, el padre Nick Gosnell -como enfermero fue veterano de Malvinas antes de ordenarse-, el padre In Stevenson y el padre David Skillen cantaron Let ir be y Alellujah

Helen Parr es la sobrina de Dave Parr, un británico que cayó en Wireless Ridge. “La muerte de mi tío cuatro días antes que terminara la guerra me dejó una impresión muy fuerte. Crecí viendo los efectos que su desaparición tuvo en mis padres y mi abuela, que perdió a su hijo muy joven. En la batalla de Goose Green, fue herido en el estómago. Creyó que moriría allí. 

Cuando los médicos fueron a verlo encontraron que el proyectil había atravesado su ropa y quedó en su ombligo. Solo fue un raspón. Lo evacuaron y unos días después estaba de vuelta en su unidad. ¿Quería volver? No lo sé. Sabía lo cerca de morir que estuvo, pero que si no volvía a combatir no seguiría en su regimiento. Cuando entró en batalla en Wireless Ridge fue muerto por la artillería británica. Para mi familia fue duro saber eso. Entendí que no había una razon porque la bomba cayó sobre él. Fue solo una casualidad. En la guerra las personas mueren”. Parr escribió un libro llamado “Our boys, the story of a paratrooper” (“Nuestros muchachos, la historia de un paracaidista”), donde deja el número de británicos que fueron llevados a su país desde Malvinas: de los 255 muertos, 174 quedaron en el mar, 14 sepultados en el cementerio militar de San Carlos, 2 permanecen donde cayeron y 64 descansan en Gran Bretaña. Un año más tarde, un cuerpo más fue llevado a Londres.




Desayuno de lunes: la profesora Helen Parr -sobrina de un paracaídas británico caído en Malvinas por un disparo de su propia artillería- junto a Sue Warner y su esposo Dr. Julian Warner 

Alejandro Diego era conscripto en la Marina. En 1982 fue ubicado en Fox Bay, en la Isla Gran Malvinas. “Lo peor fue cuando murió mi compañero Juan Ramón Turano al lado mío, en un ataque naval. Tenía 17 años, era marinero de 1ª. Me había peleado una vez con él y después nos hicimos amigos. Lo mataron a las 2.02 del 26 de mayo.

 Estuvimos 2 días para enterrarlo, porque no teníamos tiempo. Cuando lo hicimos, le cayó en el cuello y le marcó la cara. Yo le prometí: ‘Te voy a vengar y ahora las Malvinas sí son argentinas porque vos moriste acá’. Ya no tuve miedo a la muerte. Me entregué a Jesus. Cuando terminó la guerra, durante 30 años pensé que no era veterano, creía que un veterano era el que murió o el que mató. 

Y que no le había cumplido la promesa a Turano. En 2012 fue a las islas. A Turano le hice una cruz en Fox Bay. Geoffrey lo envió a Darwin. Yo no sabia donde estaba su tumba. Pero frente a su cruz sentí que me llamaba. Me tiré con los ojos cerrados. Sentí que se venían los muertos encima. Y de la izquierda, a 7 metros, vi que llegaba Turano diciéndome ‘que haces Diego’... Lo miré y le dije: ‘Juan, no te pude vengar’. Y él me respondió, ‘dejate de joder, vos no tenes que matar a nadie. Yo morí a los 17, vos te vas a morir a los 80″.




Sharkey Ward, Sue Warner y el Oficial de Arsenales VGM Sergio Schrimer dejan una ofrenda frente al busto del subalférez Guillermo Nasif, mercedino que murió en la guerra de 1982 (Franco Fafasuli)

James Pollock era Guardia Escocés y luchó en Tumbledown. “En mi regimiento, me tuve que encontrar una mañana con una comandante que tenía fama de ser muy estricto. Yo tenía un perrito, un cocker spaniel que me acompañaba y se quedó afuera de la oficina. 

También afuera estaba mi camarada Dany White. En un momento apareció otro Guardia con un perro enorme y feroz. Se le soltó y se fue encima de mi perrito. Entonces Dany abrió la puerta de mi comandante, de una patadita metió a mi perro adentro y la cerró. 

El otro perro se pegó un gran golpe. Imaginé que al ver a mi perro el jefe se iba a enojar. Tuve una mañana difícil, pero desde entonces Dany White fue mi amigo. Murió en Tumbledown y lo extraño. Tomar ese monte tomó ocho horas. Hasta usamos bayonetas. Cuando se hizo de día vimos que algunos de los soldados argentinos capturados tenían heridas de las bayonetas. Nuestros soldados fueron a curarlos. La agresión de la batalla se transformó en compasión. Hemos escuchado aquí muchas historias conmovedoras, que nos recuerdan los horrores de la guerra. Pero no escuchamos nada que tenga que ver con el odio. Y me alegra estar en este momento de reconciliación, porque ni siquiera en 1982 pensé que había odio entre nosotros y los argentinos”.





El coronoel Geoffrey Cardoso y el Coronel James Pollock saludan al mayor Daniel Moreno, director de la banda Tambor de Tacuarí del Regimiento de Patricios 

Héctor Tessey, capitán del Arma de Artillería, recordó también a un camarada. “El 5 de abril de 2019 en el Colegio Militar de la Nación hubo una emotiva ceremonia. Ese día se colocó en un espacio contiguo a la capilla una placa de mármol negro que rezaba Soldado Argentino sólo conocido por Dios. Esa placa fue donada por Laura Dorrego, la viuda del Teniente 1º Alberto Ramos, que hoy descansa identificado en el cementerio de Darwin, en las islas. Ramos egresó como subteniente en 1977. En el momento de la recuperación era oficial instructor. Fue movilizado al grupo de artillería 3, Batería C. Esa batería tuvo tres oficiales: Ramos, el Teniente 1º y yo. Ramos cubrió el puesto de observador adelantado en el Monte Longdon. En la noche del 12 de junio recibi un mensaje radial suyo. Decía ‘fuego de iluminación sobre Longdon. Eso hizo la batería. Su siguiente mensaje fue ‘esto es un infierno, hay ingleses por todos lados, creo que estamos rodeados’. Luego de eso, el eterno silencio radial. El sargento Grenero, su auxiliar, relató que le ordenó replegarse con sus soldados mientras lo cubría con una ametralladora MAG. Fue un oficial ejemplar. Murió con honor”.




La enfermera inglesa Sue Warner y su par argentino Anastasio Vilca Condorí 

Después hubo un sábado con asado, lecciones gauchescas con Jorge Cereseto (”sanmartiniano y subteniente de reserva clase 1942″, aclaró quien además presentó una mesa con distintos trenzados de cuero y platería), la música folclórica de la banda El Grito, danzas autóctonas con Elian Palomo y Julieta Subelza; los bailarines de tango Yanina y Marcos y el canto emotivo de la señora Elisabet Grodzky con Alfredo Montoya al piano, hubo un par de sorpresas: las coplas del enfermero y veterano de Malvinas Anastasio Vilca Condorí y el cuartero de curas ingleses Paul Mason, In Stevenson, David Skillen y Nick Gossell que entonaron Let it be y Alellujah.




El general VGM Ramiro Fernández Funes, el Coronel David Wheen, el Comandante Mayor Fabio Gordon y el Comandante VGM José Ricardo Spadaro en el Regimiento de Gendarmería en Mercedes 

El lunes comenzó a las 7 de la mañana con un desayuno compartido. Durante el día hubo doys actividades: una visita al Instituto de Capacitación Especializada Cabo Juan Adolfo Romero de Gendarmería en Mercedes (que en 1982 era el Regimiento de Infantería Mecanizada General Viamonte, que actuó en Malvinas), donde el anfitrión -que llenó de regalos a los invitados de ambas naciones-, el comandante mayor Fabio Alejandro Gordon, y demás jefes de esa fuerza.

Allí se presentó la banda Tambor de Tacuarí del Regimiento de Patricios, que ejecutó los himnos de ambos países y el Trío Héroes, que cantó un tema de su autoría en homenaje a los caídos de Malvinas. Hubo una ofrenda florar que dejaron la enfermera Sue Warner, el Primer Contramaestre Sharky Ward y el Oficial de Arsenales VGM Sergio Schrimer frente al busto del subalférez Guillermo Nasif, mercedino que murió en la guerra de 1982.




El capitán de Artillería y Veterano de Guerra de Malvinas Héctor Tessey, emocionado en el acto de Gendarmería 

Por la noche, hubo una misa en la Basílica de Luján. La celebraron el Obispo Castrense, monseñor Santiago Olivera, y su par británico Paul Mason. Estuvo presente la embajadora Kirsty Hayes. Olivera, en su homilía, señaló: “Al recordar lo que pasó hace 40 años, no nos hace olvidar lo que creemos y esperamos, pero nos hace pensar en los caminos que construyen a futuro un mundo donde el diálogo y el respeto sea lo primero, y el valor que nos rige y marca caminos, y esto supone estar dispuestos hasta la entrega de la propia vida. También en nuestro tiempo, en el mundo y en nuestra propia Patria, tenemos que querer transitar caminos de justicia y de verdad si queremos consolidar una paz duradera”.




El capitán de artillería VGM Héctor Tessey y el capitán Peter Plunkett ingresan la imagen de la Virgen de Luján a la Basílica, donde el lunes por la noche los obispos castrenses Santiago Olivera y Paul Mason -de Argentina y Gran Bretaña- celebraron misa 

Por último, se leyó un documento de consenso, que elaboraron entre los ex combatientes de ambos países, y según los integrantes de La Fe del Centurión llegará hasta la ONU. Dice lo siguiente:

Los veteranos de guerra argentinos y británicos, a partir del lema de nuestro encuentro “la fraternidad es posible”, lo confirmamos al término y expresamos que :

1- Aunque la guerra se definirá cada vez más con tecnología y eso aumentará cada vez más la distancia entre los seres humanos, siempre deberá privilegiarse la persona y el diálogo.

2- En el fragor de la lucha el soldado combate con profesionalismo y amor a su patria, a su unidad, y a sus camaradas. Al terminar los enfrentamientos debe privilegiarse fraternizar entre antiguos enemigos y adversarios. Ese adversario podrá ser tu hermano o tu amigo.

3- Porque conocimos la guerra somos firmes defensores de la vida, de la paz y respetando el diálogo.





Susan Warner, enfermera del buque Uganda que atendió británicos y argentinos, resumió el espíritu del encuentro: “Esta reunión fue muy emocionante. Mostró lo iguales que somos en historias y experiencias. En las pérdidas y el dolor. En seguir adelante con nuestra vida, en casarnos, tener hijos y nietos, en las carreras. Fueron cariñosos, y espero que sea el inicio de más reuniones, de estar en contacto. Esto es paz, es reconciliación. La guerra no ayuda, es mucho el dolor”.

El coronel Geoffrey Cardozo, por su parte, indicó que “vivimos tres días muy fuertes, con discusiones, charlas profundas y duras a veces. Fue mucho el esfuerzo que pusimos para que esto suceda. Nos miramos a los ojos, que a veces dicen más que las palabras. Pero también hemos reído, y fue porque nos conocimos. Para mí, la paz es más que una ausencia de guerra, porque tiene que haber amor para que sea real”.

Por último, el comandante José Ricardo Spadaro, señaló: “A quienes estuvimos aquí nos ratificó que fue una guerra sin odios. Donde hubo enemigos, hoy hay veteranos que rezamos por todos nuestros muertos. Fue un encuentro basado en el respeto recíproco, que ayuda a repensar el humanismo. Pero por lo demás, lo cierto es que las Malvinas siguen siendo argentinas”.

viernes, 4 de marzo de 2022

VETERANOS DE MALVINAS RECHAZAN PRESENCIA DE SOLDADOS INGLESES EN HOMENAJE A CAIDOS




UN PEDCITO DE MALVINAS EN PILAR


La Asociación de Veteranos de Guerra Malvinas de Pilar advirtió hoy que el lunes próximo hará en esa ciudad un acto de repudio a una conmemoración de la que participarán 12 soldados veteranos ingleses en el cenotafio a los caídos en el conflicto bélico de 1982 ubicado en ese distrito del Gran Buenos Aires.

El presidente de la Asociación, Roberto Gerpe, dijo que "repudiamos ese acto, no lo creemos conveniente y menos cuando se están por cumplir 40 años de la Guerra de Malvinas; es una ofensa para los soldados argentinos, encima en el cenotafio que impulsó el padre Tito Fernández, que fue capellán en las islas y veterano de guerra".

"Para nosotros es un lugar sagrado. ¿Qué pasa si alguno saca una bandera inglesa?", dijo Gerpe a Télam, y sostuvo que los veteranos de Pilar van a realizar su acto de rechazo en ese mismo lugar y a la misma hora con la asistencia de "exsoldados de otros distritos".

Las respectivas concentraciones en ese lugar, situado en ruta 28, kilómetro 5,5, se realizarán a las 10.30.


Gerpe afirmó que "las Malvinas fueron, son y serán argentinas, como acaba de afirmarlo el presidente Alberto Fernández, y jamás dejaremos de luchar por nuestra soberanía sobre ellas ni de reclamar los beneficios para los veteranos de guerra".

Según información publicada en la web de la Fundación Malvinas, los veteranos ingleses, que estarían acompañados por familiares, compartirían las actividades con otros exsoldados argentinos. Participarían de un retiro espiritual, de misas y en el homenaje a los caídos en el Cenotafio de Pilar.