miércoles, 16 de octubre de 2019

AJEDREZ, UN TORNEO QUE AGASAJO A LOS HEROES DE MALVINAS DE BAHÍA BLANCA


El ganador fue el bahiense Jorge Lencina, en tanto que segundo se ubicó el misionero Jorge Pérez.






Ex combatientes en pleno torneo: Jorge Párez (izq.), Jorge Lencina y Héctor Villavicencio.


El bahiense Jorge Lencina, con 7 puntos, se adjudicó el torneo de ajedrez correspondiente a la 18ª Olimpiada de los Veteranos de Malvinas que tuvo desarrollo en el Círculo de Ajedrez Bahía Blanca.


Tuvo lugar en la sede del Círculo de Ajedrez de Bahía Blanca (Thompson 486) y contó con la participación de 11 de nuestros héroes de Malvinas.


Fueron tres jornadas a 7 rondas -con un tiempo de 30´+5 por jugador-, y en segundo lugar se ubicó el misionero Jorge Pérez, con 5,5 puntos, en tanto fue tercero el sanjuanino Héctor Villavicencio, con 4, 5 puntos.



El campeón de ajedrez Jorge Lencina con su medalla dorada de la 18° Olimpiada de Veteranos.


También participaron del torneo Horacio Szerman, Roberto Barrientos, Fabián Fortín, Marcelo Galassi, Enrique Gianelli, Abel Altamirano, Federico López y Gabriel Avenoso.


Por otra parte, el pasado jueves finalizó el Torneo Abierto de los jueves "Aldo García Labandal", que se disputó a 9 rondas con un tiempo de 60´+30 por jugador.

Contó con la participación de 28 jugadores, repartió trofeos, medallas y $2.000 de premios en efectivo, y primer lugar fue para el Maestro Fide Emilio Ramírez, quien terminó invicto con 9 puntos.


Luego se ubicaron: 2) Gerardo Santopietro, con 8 puntos; 3) Demis García Ortiz, con 6,5; 4) Carlos Meineri, con 5,5 y 5) Blas Gallardo, con 5,5.

También fueron premiados Ariel Saschrgorodsky, como mejor jugador no rankeado, y Juan Cruz Dalmás, de Jacinto Arauz, como Mejor Sub 2000.

El próximo sábado a las 15.30 se disputará, en la sede del Círculo de Ajedrez, un nuevo Torneo Homenaje. Esta vez en recuerdo del trebejista Andrés Pazó.

Asimismo el 26 de este mes tendrá lugar el Torneo de 4ª categoría, el último del año, donde podrán participar jugadores que deseen iniciarse en las competencias de ajedrez.

Ambos torneos serán abiertos a quienes gusten participar.

HOY TODOS CONOCEMOS, LOS CANDIDATOS O COMO IGNORAN LA CUESTIÓN MALVINAS.


“Hoy todos conocemos qué nos proponen los candidatos o como ignoran la Cuestión Malvinas”, resaltó Dachary







El subsecretario de Modernización e Innovación del Municipio, Lic. Andrés Dachary, resaltó la inclusión del tema Malvinas en el debate presidencial y expresó que “finalmente, todos lo logramos. El constante reclamo de elevar la discusión sobre Malvinas y cómo conducir su recuperación ante la usurpación territorial que sufre parte de nuestra provincia, logró estar presente como un tema central en el debate de los candidatos presidenciales, y el pueblo fueguino ha contribuido enormemente en esto”.


“El debate presidencial ha dejado sin dudas múltiples lecturas y análisis, un ejercicio democrático en el que todos pudimos interiorizarnos respecto a cómo piensan quienes se postulan a ocupar el sillón de Rivadavia, pero, en particular, con una centralidad excluyente en un tema por el cual hemos luchado muchísimo, lograr que Malvinas y la administración del conflicto, ocupe el más alto lugar en el debate político nacional”, agregó el funcionario.


Además, Dachary recordó que “no ha sido un camino simple, especialmente los últimos años, en los cuales, literalmente, Río Grande se ha convertido en un bastión de la soberanía, donde día a día la filosofía entreguista que ha inundado el pensamiento de quienes formulan la política exterior de nuestro país, se conjugaba con la inacción de los cómplices locales que, en el mejor de los casos, sólo abrazan la Causa Malvinas en tiempos electorales, intentando a su vez, aislar cada vez más nuestros esfuerzos en denunciar los incumplimientos a las normas internacionales que el Reino Unido comete, y la consecuente amenaza a la seguridad internacional que representa la presencia de una base militar de una potencia extraregional en nuestro Atlántico Sur”.


“Semanas atrás ya asomaba como todo un cambio promisorio para situar justamente a Malvinas en debate, la inclusión específica en el Acta Acuerdo firmada por el candidato presidencial Alberto Fernández y el gobernador Electo Gustavo Melella de un punto específico respecto a Malvinas, el cual refería: 


Denunciar los denominados 'Acuerdo de Madrid I y II', 'Foradori-Duncan', y demás Acuerdos complementarios, que lesionan los intereses argentinos y fueguinos respecto a la recuperación y ejercicio efectivo de la soberanía en nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Este signo inequívoco de compromiso por parte de Alberto Fernández, ya de por si establecía un hito trascendente que luego sentaría las bases para llevar la discusión ante el pleno de los actores que compiten por la presidencia de nuestro país”, subrayó.


Dachary dijo también que “hoy todos conocemos qué nos proponen los candidatos o como ignoran la Cuestión Malvinas, y esto será un nuevo factor para decidir quién liderará los destino de nuestro país y sus múltiples desafíos, pero el mayor aporte está dado justamente por haber logrado, como casi en ningún otro pasaje de nuestra historia democrática, que Malvinas sea un tema de la máxima agenda política nacional y, por consiguiente, mucho más próxima a ser pensada como una verdadera Política de Estado que perdure en el tiempo, salvando a este Interés Nacional, de volver a ser utilizado como moneda de cambio para el logro de otros objetivos menores”.

Finalmente, el Subsecretario sostuvo que “los cambios de gestión que se aproximan, indudablemente y en todos los niveles de gobierno, propondrán una forma distinta de gestión del Conflicto de Malvinas, y el camino transitado nos ha enseñado a todos que cuando se fusiona la participación ciudadana, la verdadera voluntad política, libre de todo tipo de especulación, y el diálogo como premisa excluyente, podemos conseguir los resultados que en otro momento parecieran imposibles”.

“Hoy Argentina vuelve a discutir Malvinas, y esto es algo que nos debe llenar de orgullo y responsabilidad”, concluyó.

domingo, 13 de octubre de 2019

LUGARES DE LOS JUEGOS OLIMPICOS 2019







EL PRONOSTICO POR FECHA👇


https://veteranosbahia.com/asistencia-medica-integral/


SEDES DEPORTIVAS Y LUGARES 👇
https://veteranosbahia.com/sedes-deportivas/


TE OLVIDASTE EL REGLAMENTO ACÁ LO TENES Y TE SACAS LAS DUDAS

http://www.olimpiadasveteranos.com.ar/Bahia_Blanca_2019.pdf





FIXTURE



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A 37 AÑOS DE MALVINAS, ESTO DEJO EN BAHÍA BLANCA, ENTRE GUERRA, EL DEPORTE Y REENCUENTRO.



En Bahía Blanca

A 37 años de Malvinas, los veteranos recrean sus historias de guerra entre el deporte y el reencuentro

Unos mil excombatientes participan de una nueva edición de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Fútbol, sobremesa y la psicología de darse ánimo entre ellos.



El salto inicial con el que arrancó la competencia de básquet.



Desde 2000, cada año los veteranos de guerra se encuentran en una ciudad del país para medirse en competencias deportivas y culturales. Esta vez, los juegos Olímpicos y Paralímpicos, en su edición número 18 (sólo no se disputaron en 2002 y 2005) se realizan en Bahía Blanca y reúnen a unos mil ex combatientes de Malvinas. Como en cada torneo, hay ganadores, perdedores y rivalidades. Pero -sobre todo- prima la camaradería y la necesidad de reencontrarse.


“La otra noche comí con cinco compañeros y uno sólo venía a hacer deporte. Es como una excusa, pero muy gratificante y cara a los afectos” describe Guillermo De la Fuente sobre el espíritu de estos Juegos.


“Vienen desde Ushuaia, Jujuy, de todos lados. Eso te demuestra las ganas de juntarse que tienen” cuenta, mientras no para de recibir llamadas y notificaciones en su teléfono. Y eso que las competencias, que seguirán hasta el sábado 12, recién están comenzando.


Horacio Nuñez y Héctor Fernández, dos ex combatientes que volvieron a encontrarse.

Involucran 29 disciplinas: básquet, vóley, canotaje, atletismo, fútbol 5 y 11, bowling, ajedrez, tejo, bochas, paddle, tenis y natación. También habrá ciclismo de ruta y de montaña, tiro deportivo, tiro con arco, fútbol tenis y fútbol vóley, dardos, damas y truco y vóley de playa. En 2017, el Comité Olímpico Internacional los reconoció con una mención especial por su carácter inédito en el mundo.


La cita se aprovecha también para proteger la salud de los veteranos. “Ninguno puede participar sino trae su placa de tórax, análisis clínicos completos y ergometría, algo que tal vez mucha gente no se hace periódicamente. Es una forma de cuidarnos entre nosotros” explica De la Fuente.

De la exigencia no se salvan ni los que participan en los concursos de poesía, fuera del deporte. “No podés escribir un chamuyo, sino tenés los controles” bromea este bahiense, compañero de conscripción de Sergio “Oveja” Hernández, el técnico de la Selección Argentina de básquetbol, subcampeona del mundo.


Horacio “Indio” Núñez comenzó a participar de los Juegos cuando se hicieron en Rosario e integraba el equipo de fútbol de Punta Alta. “Nos eliminaron rápido, entonces me anoté en atletismo y gané los 100 metros” recuerda el correntino. A partir de ahí comenzó a brillar en salto en largo, posta 4 x 100 y lanzamiento de bala, ayudado por su estado físico forjado en el comando anfibio de Infantería que desembarcó en Malvinas el 2 de abril con el Operativo Rosario.

“Cuando empezaron, era sólo para unirse. Ahora es más competitivo y hay rivalidad. Si hay uno que te ganó la última vez, querés ganarle en la próxima” remarca Núñez, el encargado de llevar la antorcha en la ceremonia de apertura de los Juegos.

“Eso sí, después de la competencia charlamos de todo y volvemos a Malvinas. '¿Dónde estuviste, cómo la pasaste?'. Por ahí encontrás a alguno muy bajoneado y le preguntás: '¿Qué pasó?', y buscas ayudarlo, porque a veces ni el psicólogo nos puede analizar”, comenta sobre el “tercer tiempo” entre competencia y competencia.




El veterano Guillermo De la Fuente, hablando en el acto de apertura.

“A éste todos le quieren ganar” dice del Indio Héctor Daniel Fernández, alias "La Chueca" para sus camaradas. Comando como Nuñez, también llegó a las Islas el 2 de Abril de 1982 pero con el Regimiento 25 del Ejército que tomó el aeropuerto de Puerto Argentino y después combatió en San Carlos y Darwin.

“El deporte nos une, acá no hay clase social ni jerarquías, somos todos iguales” remarca, y aporta sobre el valor que tiene para un ex combatiente la charla con un par. “Para un veterano, no hay mejor psicólogo que otro veterano. Así hemos evitado varios suicidios” confía.

Básquet, vóley, fútbol, fútbol tenis son algunos de los deportes en las que ha participado el sanrafaelino Fernández a lo largo de los Juegos. “De a poco, vamos achicando la exigencia, y para 2022 estamos pensando en anotarnos en carrera de andadores”, bromea en un aparte de los partidos de tenis de mesa que ambos observan en el Polideportivo Norte. “Nos sirve para ayudamos entre nosotros; es un ida y vuelta; a él lo miro y ya me doy cuenta si está bien o no” dice de su camarada Núñez.

El Indio, cuya imagen con el rostro pintado registrada por un fotógrafo de la revista Gente mientras vigilaba a prisioneros ingleses en el piso y que recorrió el mundo a comienzos de abril de 1982, vivió gran parte de la guerra desde Río Gallegos. Fernández integró el primer batallón argentino que entró en combate y estuvo hasta el último día en Malvinas.

El documental Alerta Rojo lo muestra en plena acción, antes de caer dos veces prisionero. “Cuando volvimos, mi Batallón iba a Coronel Sarmiento, pero a mí me mandaron a Bahía. Llegué en tren y en la estación no había nadie. Me fui caminando, vestido de verde, hasta el Quinto Cuerpo” evoca sobre aquel triste, solitario y final retorno.

El regreso de De la Fuente fue similar de frío. “Había 20 personas en la Estación Sud. Por eso digo que con toda nuestra lucha y estos Juegos logramos revertir esa historia. El día de la apertura, el estadio Norberto Tomás del club Olimpo estaba repleto, con más de 2.000 personas. Fue muy emocionante porque era mi ciudad viendo la guerra y a sus veteranos de otra forma” remarca el anfitrión. Destaca el apoyo tácito de los clubes que abren sus instalaciones sin costo para las competencias y los restoranes que estos días otorgan descuentos para los veteranos.

“Hoy, aquellos soldados que pasaban en tren hacia el sur y la gente se les acercaba para darles una torta o una manta, no llevan un fusil en la mano. Hoy traen una pelota de básquet o una de fútbol y se sienten reconocidos por la comunidad” agrega De la Fuente. Ve a los Juegos como una continuidad de acciones que han ayudado a reencontrarse a los ex combatientes con la sociedad.

“Toda la gente que hay me pone muy feliz” reconoce La Chueca Fernández, también conocido como Cristalito, apodo ganado por su destreza en el manejo de los cristales de las armas con las que ayudó a derribar tres helicópteros enemigos.


“Por nuestra formación, estamos curtidos para enfrentar situaciones extremas y difíciles, pero en el último desfile que se hizo, me quebré después de mucho tiempo. ‘Es la primera vez que te veo llorar’ me dijo mi mujer. Fue emocionante ver ahí a los chicos que nos aplaudían” evoca Fernández. El viernes por la noche, jugó el partido desafío de básquet en el estadio Osvaldo Casanova.

Mezclados con veteranos como él, jugaron el campeón olímpico, Alejandro Montecchia, los ex seleccionados Juan Alberto Espil (definió el juego con un triple sobre el final), y Hernán Jasen, entre otras glorias del básquetbol bahiense. Un jalón deportivo y emotivo de los muchos que aún los esperan hasta el cierre de los Juegos.

martes, 8 de octubre de 2019

MARINE INGLES BUSCO AL SOLDADO"ENTRERRIANO" QUE HABÍA SIDO SU PRISIONERO EN LA GUERRA DE MALVINAS








Su prisionero en Malvinas fue un entrerriano oriundo de Gualeguaychu

Durante el 9 y 10 de junio, los ataques ingleses sobre las posiciones argentinas habían recrudecido. El 11 de junio el fuego británico barría la ladera del Monte Harriet, defendido por 390 hombres, la mayoría del Regimiento de Infantería 4. El enemigo disponía de una superioridad de cuatro a uno.

Parapetado en una de las rocas estaba el cabo enfermero Héctor Pereyra, de 18 años. Unos meses antes el joven cursaba en la Escuela de Suboficiales General Lemos los estudios de su especialidad. Una vez conocida la recuperación de las islas, el 2 de abril de 1982, le dieron las jinetas de cabo y lo asignaron a la Compañía Comando y Servicio perteneciente a la III Brigada de Infantería. El 25 de abril ya estaba en Malvinas.

Durante cinco días, permaneció junto a su unidad en el aeropuerto. Luego, hasta el 11 de mayo, ocupó posiciones en un viejo puerto. Los tremendos bombardeos que los ingleses efectuaron el 1 de mayo, lo enfrentó por primera vez a la sangre que se derrama en una guerra: tuvo que asistir a sus compañeros heridos.



El cabo Héctor Pereyra en 1982, Malvinas.

Hoy, 37 años después y desde Gualeguaychú, donde reside, Héctor recuerda aquellos días frente a Infobae: “El 11 de mayo dividieron a la compañía en dos: una parte iría a Puerto Howard y la otra a Monte Kent».

Las batallas ya eran cruentas, y luego de la caída de Pradera del Ganso, Pereyra revela que «quedamos un poco solos, ya que todos se replegaban en dirección a Puerto Argentino. Nosotros lo hicimos hacia Monte Harriet”.

Y es donde comenzó esta historia.

Ataque al Monte Harriet

El 12 de junio, Monte Harriet era un verdadero infierno. Los ingleses avanzaban en el terreno escarpado de la ladera, tenazmente defendida por los argentinos. En una de las trincheras, se encontraba Héctor Pereyra.

Uno de los británicos que participaba del ataque era Andy Damstag. “Encontramos una feroz resistencia de las posiciones argentinas; sus ametralladoras de 50 mm no dejaban de disparar con mucha puntería. Nuestro avance se vio obstaculizado aún más por el fuego de armas de menor calibre”, relata desde su casa en Bolton, Reino Unido.


Andy Damstag, tenía 18 años y pertenecía al 42 Commando de los Royal Marines.

Damstag, con sus 18 años, se había enlistado en los Royal Marines ni bien terminó sus estudios secundarios, a los 16. Fue a la guerra como uno de los miembros del equipo de armas anti tanque. Integraba la Compañía Lima de los 42º Commando de los Royals Marines. Sólo tenía una vaga idea de dónde quedaban las islas, y cuando desembarcó el paisaje le hizo recordar a Dartmoor, una localidad en Devon, donde su unidad tenía su base y dónde se había entrenado.

A dos horas de iniciada la batalla, las secciones de avanzada británicas estaban inmovilizadas a pocos metros de las trincheras argentinas. Damstag remarca que “estábamos lo suficientemente cerca como para que ambos bandos pudiésemos lanzar granadas”.

Los británicos decidieron neutralizar la resistencia argentina disparando un proyectil anti tanque contra las trincheras que tenían enfrente, a escasos 30 metros.

Un explosivo cayó en la posición que Pereyra ocupaba con el cabo Carlos López. Pereyra fue gravemente herido: fractura de tibia y peroné, heridas en la mano y hasta el duvet se le estaba incendió. Comenzó a perder sangre.

Los argentinos iniciaron el repliegue. No habían advertido que dejaban en el campo a dos cabos heridos. Entonces, el soldado Clemente Bravo volvió sobre sus pasos. En medio del fuego enemigo, tomó a Pereyra y comenzó a subirlo. Alcanzó a llevarlo unos metros, cuando se percataron que tenían a los ingleses demasiado cerca.

El inglés precisó que “vi por el rabillo del ojo a dos soldados argentinos desplomados contra la pared de la trinchera a solo un metro de distancia con las manos en alto. Tomé mi fusil y me lancé al suelo, apunté con mi arma hacia ellos, con el dedo en el gatillo y comencé a gritarles que no se movieran”.

“Después de un par de minutos de un completo pandemonio, recuperamos el control de nosotros mismos y avanzamos para buscar a los dos soldados; descubrimos que ambos estaban heridos, llamamos al médico que vino rápidamente”.

Revisaron a los heridos. Les quitan el correaje, la pistola reglamentaria. Y el casco.

“Quedé desprotegido sin el casco”, remarcó Pereyra. Alguien de sanidad inglés, no sabe si fue un médico o un enfermero le cortó la hemorragia, y lo dejaron junto a otro herido bajo custodia de dos británicos. Uno de ellos era el propio Andy Damstag. Era de noche y había comenzado a nevar.


Héctor Pereyra tenía 18 años y era cabo enfermero durante la guerra.

Como se seguía combatiendo y continuaba disparando la artillería argentina, el propio Damstag arrastró a Pereyra hasta detrás de una roca grande para protegerlo y le dio su casco, que lo llevaba enganchado en su correaje. Ese día los británicos pelearon con sus boinas verdes para reconocerse entre ellos.

“Con mucho esfuerzo, comenzamos a hablar –cuenta hoy Andy-. Dialogamos sobre la guerra, de fútbol y la familia, mientras fumábamos e intercambiábamos dulces por cigarrillos y compartíamos agua de nuestras cantimploras”.

El soldado inglés quiso llevarse un recuerdo. Tomó el caso del argentino y lo enganchó en su correaje.

Fue en ese momento en que se produjo una gran explosión proveniente de la artillería argentina, y soldados de ambos bandos se zambulleron al piso. Andy quedó debajo de un grupo de argentinos. Una intensa lluvia de tierra y metralla los cubrió.

Dos horas más tarde, el combate había finalizado y los ingleses bajaban de la cima del cerro con más argentinos prisioneros. Se improvisaron camillas. En una de ellas, colocaron a Pereyra quien, antes que se lo llevaran, se quitó el casco y se lo devolvió a su dueño. Damstag acotó que “cuando nos despedimos, nos dimos la mano, fue un momento emocionante”.

Nunca más se verían.

La vida continuó

Pereyra fue trasladado a un hospital de campaña en Fitz Roy y de ahí a Darwin, donde le extrajeron una esquirla. Finalmente, en el buque Uganda lo operaron de la doble fractura. Junto con otros 200 heridos, fue trasbordado al Bahía Paraíso.

En 1985 Pereyra, que había nacido en San Isidro y se había criado en Pilar, se casó y formó una familia en Gualeguaychú. Cuatro hijos –dos varones y dos mujeres- y ocho nietos. “Llevo una vida tranquila, con una gran compañera”, afirma.



Héctor junto a su familia en Gualeguaychú.

Hace un par de años se retiró como Suboficial Principal Enfermero y además de la jubilación, cobra la pensión de veterano de guerra. Su esposa aporta a la economía familiar con un negocio de artículos de librería.

Mate en mano, le cuenta a Infobae: «No soy un activo malvinero; fui convocado para la guerra, y era mi obligación hacerlo”.

El llamado

Pero esos sentimientos le dieron un vuelco la noche del domingo 1 de septiembre pasado, cuando recibió el siguiente Whatsapp:

“Hola, Héctor, mi nombre es Andy cuando era un joven Royal Marine, te conocí a ti y a tu amigo durante la batalla del Monte Harriet en las Malvinas, si recuerdas, intercambiamos cascos (porque quería un recuerdo de nuestra reunión) cuando vinieron a despegar la montaña, me devolviste el casco, ahora me gustaría devolverte el casco. Un amigo mío dice que son valiosos para los coleccionistas, pero te lo presté hace treinta y siete años. Así que ahora quiero que lo recuperes”.

Acompañaba el mensaje con una fotografía del casco.


Andy con el casco de Héctor. Pudo encontrarlo ya que el cabo argentino había anotado su nombre en el interior del mismo.

Inmediatamente, Héctor le respondió:

“Gracias por contactarme, amigo. Estoy muy feliz de verte lucir bien, han pasado más de treinta y siete años desde la última vez que nos vimos y me alegra poder hablar como amigos (a pesar de que hablamos diferentes idiomas), por favor manténgase en contacto, así puede devolverme el casco que me dejaste la primera noche que nos conocimos… es increíble verte y hablar contigo”.

Se contaron de sus vidas como viejos camaradas, de los años de servicio y de estos años en que eligieron la calma y la paz. “Bendito sea Dios que me permitió encontrarte y tenerte como amigo. Serviste bien a tu país y ahora merecés una vida pacífica”, cerró Andy. Y hubo lágrimas de los dos lados les océano.

“El casco vuelve a casa”

Durante los años que Damstag sirvió en el ejército en distintos puntos del mundo, llevó consigo el casco argentino. Le confiesa a Infobae una duda que lo persiguió durante casi cuatro décadas: “Durante años me pregunté que habrá sido de aquel joven soldado, si había sobrevivido, si tenía familia, qué había sido de su vida… y un montón de interrogantes que creía nunca tendría respuestas”.


Damstag junto a Adriám Venis y el capitán Moretto, funcionarios de la embajada argentina en Londres, el día que entregó el casco.

Damstag dejó el ejército y hace años trabaja en el departamento de reciclaje en el ayuntamiento de Bolton, la ciudad donde nació, en el noroeste de Gran Bretaña. Con su esposa Liz tuvieron tres hijos –dos varones y una mujer- y ya es abuelo de cuatro nietos.

La historia que Héctor desconocía es que Marta Ransanz, que se define como “malvinera por pasión” es una abuela, ya viuda, que abrazó la causa de Malvinas y despliega una vasta actividad en redes sociales. Un inglés, Rick Strange, amigo de Andy, le pidió que lo ayudase a ubicar a un tal Pereyra. Ella pudo conseguir los datos para que ambos veteranos se contactasen. “Es un trabajo que tengo orgullo de llevar adelante”, aclaró sobre su pasión por Malvinas.

Finalmente, el día llegó. Damstag, acompañado por su esposa Liz, concurrió a la embajada argentina en Londres. “Fui atendido por Adrián Vernis y el capitán Moretto y en un sencillo acto devolví el casco. Fue un momento emocionante”, recordó.


El último adiós. Andy Damstag se despide del casco argentino que guardó durante 37 años.

Antes de despedirse de aquella pieza de guerra, que fue trofeo y amuleto, Andy besó el casco. Y sorprendió a los funcionarios argentinos. El marine lo explica así: “Cuando llegó el momento de irme, besé el casco por última vez porque sabía que era la última vez que lo vería, lo había atesorado durante treinta y siete años, pero ahora finalmente se iba a casa”.

Héctor ya tiene planes para cuando en los próximos días se lo entreguen. Lo colocará en una suerte de pecera de vidrio, junto con su chapa de identificación, para que todos puedan apreciarlo: “La guerra fue horrible, pero es bueno que se conozcan estas cosas”.

jueves, 3 de octubre de 2019

CONMOVEDOR: EX-COMBATIENTE DONO UNA MEDALLA PARA AYUDAR A UNA FAMILIA


LOS HEROES NO DESCANSAN 



Osvaldo Barrirero es un ex combatiente de Malvinas, de Villarino, y fue noticia en las últimas horas a raíz de un acto solidario que lo tuvo como gran protagonista.

Todo empezó cuando el veterano de guerra escuchó la difícil historia de una familia de Algarrobo. Se trata de seis hermanos que fueron adoptados por su tía porque su mamá, gravemente enferma, ya no podía cuidarlos.

Ante ello, Barrirero decidió subastar una medalla que le fue otorgada en el 2017, con motivo de los 35 años de Malvinas. Un gesto que, indudablemente, conmovió a todos.

La forma consistía en que aquella persona que ofreciera mayor cantidad de compra en mercaderías, se quedaría con la insignia. Pero el final no sería ese.

Un vecino de Pedro Luro, llamado Miguel Ibarra, ofreció cinco mil pesos. Pero cuando fue a retirar su "premio", optó por devolverlo a su legítimo dueño. Y otra mujer, Graciela Pellejero, también del distrito, se comunicó con el veterano y le donó un valor similar para colaborar.