lunes, 7 de septiembre de 2015

“MALVINAS REFUERZA DEFENSAS ANTIAEREAS POR HIPOTETICA AMENAZA ARGENTINA”


EN LA MIRA

Como dice el dicho “cuando el río suena agua trae”; esto se puede decir de lo que vienen realizando los británicos desde comienzos de año en las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich. Los movimientos que se han estado conociendo por algunos medios, reflejan el incremento de actividad militar y la instalación de costoso equipamiento para –supuestamente- prevenir una posible acción por parte de Argentina.

Al parecer los británicos sospechan que el gobierno de CFK tiene algo guardado bajo la manga y que eso estaría vinculado con el viaje de la representación naval argentina a Rusia desde donde se traerán cuatro buques, presuntamente multipropósito que no tienen nada de amenazantes para sus fuerzas en Malvinas.

Igualmente, es un hecho histórico que los británicos cuando necesitan una excusa la inventaran si no existe en la realidad de los hechos. Lo preocupante es que los gastos realizados para prevenirse de una potencial amenaza argentina, asciende a unos 250 millones de Euros a gastar en los próximos diez años, algo que parece descabellado.

Pero hay un detalle en estas versiones que los medios británicos han hecho correr y es que, desde hace siete años, la “Real British Navy” y su “Real Air Force” vienen desarrollando fuertes inversiones en sistemas de radar de largo alcance que no solo sirven para vigilancia aérea sino que, por su potencia pueden detectar el tráfico aéreo y escuchar comunicaciones desde Port Stanley hasta la ciudad de Mendoza.

Con la instalación de varios sistemas de Radares de fabricación sueca “SAAB GIRATTE AMB”, las tropas británicas en las islas tienen una ventaja superlativa, exageradamente sofisticada e innecesaria si consideramos el estado real de las fuerzas armadas argentinas. En este sentido, los costoso sistemas de radar –y en especial estos de carácter multipropósito- no tienen una justificación, si es Argentina el hipotético adversario; salvo que estos arreglos se deban a una previsión amenazante que incluso no está en el continente.

Observando el contexto internacional y la situación geopolítica actual, se podría intuir que la base británica en Malvinas no estaría actuando en prevención de un escuálido enemigo –o mejor dicho, irrisorio- como la Argentina sino que estos aprestos se inscribían en el marco de algo mucho más grande y ligado a las operaciones de la OTAN. Los últimos extraños acontecimientos ocurridos en instalaciones chinas y posibles réplicas en una base naval estadounidense en Japón, estarían marcando una escalada en la guerra que viene llevándose entre EEUU y China, que también alcanza a Rusia, éste último muy compenetrado en contrarestar los intentos de Washington y sus aliados de la OTAN por hacerse con el control de Ucrania.

Resumidamente, hay un estado de guerra de alta tecnología en marcha que involucra aviones furtivos de última generación y satélites geoestacionarios armados con vectores balísticos de hierro y Tungsteno, que pueden golpear en los lugar más protegidos del globo sin que nadie se avispe de ello. Si ello así fuera, los argentinos deberían prestarle atención a las instalaciones chinas en “Bajada del Agrio”, Neuquén, ya que si se produjese algún extraño evento como el visto en el puerto de Taijin, deberán empezar a considerar con mucha seriedad –algo de lo cual pareciera que su gobierno no posee- ponerse los pantalones y decidirse de qué lado están en este conflicto.

Es por esto que, los gastos que Londres está realizando en la estratégica posición de las islas, no se deben a una posible intensión de agresión argenta o alguna cosa por el estilo. Los británicos están muy al tanto de que los últimos aviones “Mirage” han sido desactivados y los cuatro “A-4 Q” que quedan operativos no tienen chances ante un avión el “Panavia Tornado”, que revisten en la base aérea de las “Falkland Islands”.

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