martes, 8 de octubre de 2013

Un ex soldado que está ciego, clama desde hace treinta años por una Pensión nacional




Cuando se desató la Guerra de Malvinas, estuvo destinado a las bases militares del sur argentino. Y si bien no pisó las Islas, corrió riesgos y sintió la angustia en carne propia de las frías y agitadas tierras del sur. Pero desde 1982, nunca tuvo el reconocimiento del Estado. Por ello, debió vivir de changas y de la ayuda de la gente. Olvidado por el mismo Estado que en su momento lo llevó a la zona del conflicto, hoy está ciego en el Hospital de Viale…

9.500 es un número; pero la situación suele ser mejor comprendida si a esa fría cifra le ponemos rostro. Ramón Jesús Arriola, de 52 años y hoy ciego, puede dar cuenta de ello.

El hombre se cansó de reclamar, de pedir ser escuchado. Pero nada. Al igual que Ramón, se encuentran desde el año 1982 a esta parte en nuestro país otros 9.500 ex soldados conscriptos, que se desempeñaron durante la Guerra de Malvinas en las bases militares del sur argentino, básicamente entre Puerto Belgrano y Río Grande.

Son ex soldados que participaron del conflicto bélico desde las bases militares establecidas en la Patagonia, pero nunca llegaron a pisar las Islas Malvinas.

Son hombres de carne y hueso que cumplieron tareas en la zona de despliegue continental, al sur (desde Trelew hasta Ushuaia), mientras sucedía lo que todos conocemos en las Islas.

Hombres que el Estado argentino no considera partícipes de la Guerra. Pero que se desempeñaron en el continente, a punto de ser enviados a las Islas, ya sea sobrevolando la zona, navegando las costas, preparando bombas, o cargando insumos a los buques.



La historia de Ramón

Ramón Jesús Arriola estuvo varios días en Río Grande mientras ocurría el conflicto de Malvinas, destinado a cumplir tareas en la zona de despliegue continental. Desde aquel momento engrosa el listado de ex combatientes que nunca lograron ser reconocidos por el Estado. Por ello, siempre debió sobrevivir de changas.

Hoy, apenas posee una pensión mínima de $250, "que según me dijeron este mes la aumentan a $500", señaló el hombre a NuevaZona desde su habitación en el Hospital Dr. Castilla Mira, donde se encuentra internado desde el 21 de agosto pasado.

"Participé en abril de 1982 en el sur del país, mientras en las Islas se desataba la guerra, pero luego siempre tuve que sobrevivir de changas y ayuda de la gente. No poseo la Pensión que todo ex combatiente de Malvinas debe tener", le cuenta a quien quiera oírlo desde su cama en el Hospital.

Arriola tiene 52 años y una memoria realmente envidiable. A diario, les relata sus historias a los médicos y enfermeros del Hospital. No tiene hijos ni casa propia y durante años vivió gracias a la colaboración de vecinos en la zona rural de Las Tunas. Es oriundo de La Paz, pero desde hace muchos años está radicado en nuestra zona.

Arriola supo habitar una casita que le habían prestado cerca de Las Tunas. De un tiempo a esta parte fue perdiendo la vista, hasta quedar totalmente ciego. "Ahora tengo fe en Dios, que luego de una cirugía que tengo que hacerme, pueda recuperar algo de mi vista", confía.

También vivió algunos años en una capilla abandonada en la zona rural. "Me permitieron que viviera allí junto a mis perros, porque yo no tenía dónde estar. Buscaba agua todos los días de una tapera cercana, hasta que la Junta de Gobierno de Las Tunas me trajo al Hospital, donde estoy ahora", relata.

Arriola participó en el Batallón Escuela Número 5, de Río Grande (Infantería de Marina), cuando se desató el conflicto de las Islas Malvinas. Durante años, la abogada vialense Belkys Badaracco le gestionó una pensión de ex combatiente. Pero el trámite no llegó a concretarse, puesto que Arriola se encuentra en el numeroso grupo de ex-soldados que no son considerados por la ley como "ex combatientes" de Malvinas, por el hecho de no haber pisado las Islas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario