Malvinas: el "Isla de los Estados " y su heroica tripulación
Fue en días previos al 2 de abril cuando me designaron Comandante militar del buque transportador “Isla de los Estados”. Era un barco útil para el transporte de mercaderías o pertrechos y su tripulación estaba integrada por civiles .. Se incorporo personal militar, un reducido grupo de voluntarios, cuya presencia llamo la atención de los civiles, la misión asignada fue la de trasladar personal y materiales entre continente y Malvinas, yo era el único que conocía la operación y estábamos en alta mar cuando puse en conocimiento del capital del buque que nuestro destino era Malvinas y luego se hizo lo mismo con la tripulación reunida. Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida, el anuncio dure recibido con una explosión de euforia…
Ya en Malvinas, dado que por su calado, nuestro buque podía navegar por los Canales de las islas, el traslado de elementos desde el continente fue asignado a otras embarcaciones, el isla de los estados participo llevando combustible y personal en las primeras operaciones litros en la toma de ganso verde, bahía del zorro y estrecho de San Carlos, también hacíamos el trasbordo de elementos provenientes del continente que llegaban vía marítima en buques de Elma. Un trabajo enorme.
Bajo Fuego enemigo
A medida que pasaban los días, el riesgo era cada vez mayor, se dispuso que quien quisiera desembarcar regresando al continente, podría hacerlo con la sola condición de ser cubierto por algún relevo y para el 10 de mayo todos los tripulantes eran voluntarios. Nosotros recibimos la orden de ir al encuentro del Rio Carcarañá, en el estrecho de San Carlos, para sacar una cohetera que llevaba a bordo y que se necesitaba urgentemente.
Embarcada la cohetera, ya en horas nocturnas, nuestro buque partió con destino a puerto mitre o puerto Howard, había pasado una hora cuando se escuchó una fuerte explosión sobre el buque. Era una bengala luminosa, no transcurrió mucho tiempo antes de que comenzaran a escucharse las primeras explosiones contra el barco, que además del propio combustible llevaba miles de litros de combustible para la fuerza aérea y municiones para el ejercito, entre otros elementos, el buque prácticamente exploto los ingleses informaron lo supe tiempo después , que habían hundido un petrolero.
El atacante fue la fragata británica Alcrity que continuo su navegación sin detenerse a rescatar a los náufragos, con las primeras explosiones, la gente comenzó a subir al puente de comando para saber que pasaba, había allí diez personas cuando una enorme explosión voló el puente por completo. Alrededor, todo fue caos y confusión, Junto a mi , solo quedo Tulio Panigadi, capital civil del buque.
El Isla de los Estados comenzó escorarse sobre el lado estribor, las luces se apagaron en medio de un incendio generalizad. Encontré el mayordomo Sandoval y al marinero López y entre los tres logramos empujar una balsa al agua. López y Sandoval se arrojaron al mar lamentablemente, Sandoval perdió la vida, quizás a causa de un golpe contra la estructura. Yo permanecí, caminado casi sobre el casco, con los mástiles ya paralelos al agua (se veía girar la hélice) mientras el buque se hundía lentamente. Finalmente me tire al gua.
Salvar la vida propia y la de los camaradas
El buque se hundía y arrastraba la balsa en la que esta López que intento pero no pudo corta el cabo. Yo me mantenía a flore, sin salvavidas, con una linterna de mano. Escuchaba gritos y arriba sobrevolaba un helicóptero ingles. Logre acercarme a la balsa en la que estaban los marineros Luzardo y Cayo, que me sacaron del agua y gritaban “Viva la Patria”. Viva la Patria.
Estuve un tiempo en esa balsa, pero no daba para tres personas, no se por qué me volví a tirar al gua, Me había impresionado mucho que me sacaran y me asignaran un lugar privilegiado. Después de flotar en las gélidas aguas durante diez o quince minutos, me rescato la balsa en la que López ahora estaba acompañado por Panigadi y el primer oficial Bottaro. Con la costa a la vista, Panigadi se arrojó al agua; sabia que si permanecíamos en la balsa la corriente nos arrastraría mar afuera…Lo siguió Bottaro, el único que tenia salvavidas, Por mi parte , ate a la balsa un especie de cabo de unos cincuenta metros y me fui nadando hasta la costa. Enseguida me aplique a la tarea de tirar del cabo para traer a López, pero el enrome esfuerzo, en las condiciones en que me encontraba, hizo que perdiera el conocimiento. Un grito ¡Se ahoga Bottaro! Me hizo racionar me tire al agua y logre rescatarlo (ignoro de donde pude sacar la fuerza necesaria). Desde la balsa, Lopez aviso entonces Se va ¡Panigadi ¡ Se va Panigadi un fuerte correntada lo hizo perder el rumbo, alejándolo, No se lo volvió a ver.
En la Isla
Pude recobrar el conocimiento pero las fuerzas no me volvían, López seguía en la balsa lo inste a dejar la balsa y pudo llegara a tierra, donde al intensísimo frio se había sumado una suave llovizna. Esa noche falleció Bottaro.
Quisimos hacer una cueva, pero era tarea imposible por que allí era todo piedra. Desde una colina, al día siguiente pudimos divisar una pequeña csa y por unos fardos que allí encontramos en la isla Cisne, ubicada en el medio del estrecho San Carlos. Nos quitamos las ropas mojadas y nos fajamos con tiras de arpillera, el agua de lluvia, leche en polvo y vestigios de avena que entramos nos permitieron salir del paso.
Desde la costa podíamos divisar al Rio Carcarañá e intentábamos con señales de todo tipo hacernos notar, pero fue un pequeño barco ingles confiscado, el Forrest, el que nos rescato. López y yo estuvimos en esa isla desde el 10 hasta el 16 de mayo.
Pero la guerra continuaba, al ser sobrevolados por aviones ingleses, pensé que todo iba a repetirse, pero se alejaron habían divisado al Rio Carcarañá.
Hasta aquí , un sucinto relato de los hechos , experiencia que me convencieron de que cuando uno esta enfrentado a la muerte en condiciones extremas, conoce donde están los verdadero valore,. Como recuerdo y valoración de los marinos mercantes y de la Armada que murieron por nuestra patria , tenemos que tender a una verdadera unión nacional y un espíritu solidario con los demás.
Capitán de Navío (R) Alois E. Payarola
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