Pese al rechazo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a que se militarice las aguas que rodean al continente latinoamericano, Colombia recibió entre el 9 y el 19 de septiembre al barco destructor británico HMS Dauntless, que regresaba de una misión de patrullaje en las Islas Malvinas. El encuentro no se trató de una mera parada protocolar, sino que incluyó una reunión entre el ministro de Seguridad Estratégica Internacional del Reino Unido, Andrew Murrison, con funcionarios del gobierno de Juan Manuel Santos como parte de la primera cumbre anglo-colombiana de Defensa.
Algunos funcionarios incluso tuvieron la oportunidad de subir a cubierta y conocer el interior del barco, valuado en mil millones de libras esterlinas.
Según informan el diario Ámbito Financiero y los medios kelpers, el destructor amarró el 9 de septiembre en el muelle Sociedad Portuaria, de la ciudad de Cartagena, para luego trasladarse el 11 hacia el embarcadero turístico de Manga, donde permaneció hasta su partida.
El HMS Dauntless comenzó su regreso al continente europeo luego de que el gobierno británico anunciara la decisión de reemplazarlo en el patrullaje de las aguas lindantes a las Islas Malvinas por el HMS Edinburgh.
La Unasur está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Surinam y Venezuela. Se presume que el reparo del gobierno de Santos en apoyar el reclamo argentino tiene que ver con la disputa que mantiene con Nicaragua en torno al archipiélago de San Andrés.
Managua denuncia que Colombia ocupa ilegamente una zona de 200 millas que le corresponden a su país.
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