La tensión actual entre la Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas ha hecho que los medios de comunicación de algunos países revisaran el rol que cumplieron sus estados durante el conflicto bélico, en 1982, como fue el caso de Iediot Aharonot, de Israel que acaba de publicar una extensa nota basada en una entrevista realizada con Hernán Dobry, el autor de Operación Israel: El rearme argentino durante la dictadura (1976-1983).
“A la reunión con el Primer Ministro Menajem Begin llegaron Gad Hitron y Aaron Dobrat no con pocos miedos. Después de todo, la venta de armas a un país como Argentina, durante la época que ésta dirigía una guerra derramada en sangre con Gran Bretaña, era problemática desde todo punto de vista.
Las atrocidades que cometió la Junta Militar eran ya conocidas en Occidente, y sobre la Argentina se impuso un embargo de armamento total. Ni que hablar sobre el hecho que todo instrumento de lucha que se le vendió en esos días era dirigido contra los soldados británicos de Margaret Tatcher, la líder que más simpatía le tenía a Israel en esa época. Todos los países occidentales le dieron la espalda a Argentina en su guerra contra los británicos. Todos, menos Israel.
Es el año 1982, los días de la guerra en las Falklands. Son también los días brillantes de la Junta Militar. La confianza de los generales en sí mismos es tan grande, que se permiten invadir las islas que se encuentran al sur del Océano Atlántico –las Islas Malvinas- según ellos. Ellas estaban hacía decenas de años bajo el dominio británico, pero los argentinos clamaban que les pertenecían. El objetivo era concretar el reclamo de años de soberanía sobre la zona rica en petróleo, y en paralelo desviar la atención de los crímenes de la dictadura.
Todo esto no le molestó a Begin. Hitron, el director ejecutivo en aquel tiempo de “Isrex”- el exportador numero uno de entonces de armamento israelí a Argentina, que también recibió de la Fuerza Aérea Argentina el pedido urgente de armamento- no esperó que el Primer Ministro acceda, y de manera tan fácil, al excepcional pedido. Él y Dobrat, entonces director de “Clal” que pertenecía a “Isrex”, solicitaron reunirse con Begin, para explicarle porqué tenía que asentir de forma positiva al pedido, aunque podría tener una significancia internacional extrema. Su respuesta sorprendió a ambos.
Hitron y Dobrat, quienes nacieron en Argentina, comenzaron a explicar extensamente que los argentinos fueron privados de sus derechos por los británicos sobre las islas, las cuales se encuentran a tan solo 450 km. al este de sus costas. Begin, según relata el periodista judío argentino Hernán Dobry en su libro “Operación Israel” el cual se publicó recientemente, los cortó desde un principio y les dijo: “¿A mí me vienen a contar sobre los británicos? ¿Ellos utilizan armas para matar a los británicos? ¡Adelante! Dov Gruner (Combatiente del Irgún que fue condenado a muerte durante la época del Mandato Británico) ahí arriba va a estar contento con mi decisión. Sólo hagan todo como tiene que ser”.
Éste es solo uno de los relatos que se dejan ver en el libro, y revela una fotografía preocupante sobre las relaciones entre Israel-Argentina durante la Dictadura Militar (1976-1983), y durante la guerra específicamente. Y el relato de la relación de Begin con los británicos es sólo uno de las narraciones que provocaron vergüenza –tanto en Israel como en Argentina- con la publicación del libro.
Dobry, en una entrevista al “Suplemento de Shabat”, insiste que el relato es verdadero. Quien le reveló el contenido de la reunión fue Israel Lotterstein, quien trabajaba entonces en “Isrex Argentina”, la empresa responsable de transferir el armamento israelí a Sud-América. En oposición, Benny Begin, portavoz de la compañía “Isrex” y del Centro Begin se negó a responder sobre estos hechos”.
“A la reunión con el Primer Ministro Menajem Begin llegaron Gad Hitron y Aaron Dobrat no con pocos miedos. Después de todo, la venta de armas a un país como Argentina, durante la época que ésta dirigía una guerra derramada en sangre con Gran Bretaña, era problemática desde todo punto de vista.
Las atrocidades que cometió la Junta Militar eran ya conocidas en Occidente, y sobre la Argentina se impuso un embargo de armamento total. Ni que hablar sobre el hecho que todo instrumento de lucha que se le vendió en esos días era dirigido contra los soldados británicos de Margaret Tatcher, la líder que más simpatía le tenía a Israel en esa época. Todos los países occidentales le dieron la espalda a Argentina en su guerra contra los británicos. Todos, menos Israel.
Es el año 1982, los días de la guerra en las Falklands. Son también los días brillantes de la Junta Militar. La confianza de los generales en sí mismos es tan grande, que se permiten invadir las islas que se encuentran al sur del Océano Atlántico –las Islas Malvinas- según ellos. Ellas estaban hacía decenas de años bajo el dominio británico, pero los argentinos clamaban que les pertenecían. El objetivo era concretar el reclamo de años de soberanía sobre la zona rica en petróleo, y en paralelo desviar la atención de los crímenes de la dictadura.
Todo esto no le molestó a Begin. Hitron, el director ejecutivo en aquel tiempo de “Isrex”- el exportador numero uno de entonces de armamento israelí a Argentina, que también recibió de la Fuerza Aérea Argentina el pedido urgente de armamento- no esperó que el Primer Ministro acceda, y de manera tan fácil, al excepcional pedido. Él y Dobrat, entonces director de “Clal” que pertenecía a “Isrex”, solicitaron reunirse con Begin, para explicarle porqué tenía que asentir de forma positiva al pedido, aunque podría tener una significancia internacional extrema. Su respuesta sorprendió a ambos.
Hitron y Dobrat, quienes nacieron en Argentina, comenzaron a explicar extensamente que los argentinos fueron privados de sus derechos por los británicos sobre las islas, las cuales se encuentran a tan solo 450 km. al este de sus costas. Begin, según relata el periodista judío argentino Hernán Dobry en su libro “Operación Israel” el cual se publicó recientemente, los cortó desde un principio y les dijo: “¿A mí me vienen a contar sobre los británicos? ¿Ellos utilizan armas para matar a los británicos? ¡Adelante! Dov Gruner (Combatiente del Irgún que fue condenado a muerte durante la época del Mandato Británico) ahí arriba va a estar contento con mi decisión. Sólo hagan todo como tiene que ser”.
Éste es solo uno de los relatos que se dejan ver en el libro, y revela una fotografía preocupante sobre las relaciones entre Israel-Argentina durante la Dictadura Militar (1976-1983), y durante la guerra específicamente. Y el relato de la relación de Begin con los británicos es sólo uno de las narraciones que provocaron vergüenza –tanto en Israel como en Argentina- con la publicación del libro.
Dobry, en una entrevista al “Suplemento de Shabat”, insiste que el relato es verdadero. Quien le reveló el contenido de la reunión fue Israel Lotterstein, quien trabajaba entonces en “Isrex Argentina”, la empresa responsable de transferir el armamento israelí a Sud-América. En oposición, Benny Begin, portavoz de la compañía “Isrex” y del Centro Begin se negó a responder sobre estos hechos”.
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