El suboficial del Ejército Oscar Carabajal, que actuó en el archipiélago, cuestionó el beneficio otorgado a siete integrantes de la Armada considerados veteranos de guerra, pese a no haber estado en las islas durante el conflicto.
Su desacuerdo con un nuevo fallo de la Cámara Federal de Apelaciones de nuestra ciudad expresó el veterano de Malvinas Oscar Reinaldo Carabajal, quien se retiró del Ejército Argentino con el grado de sargento ayudante.
En noviembre pasado una nueva resolución reconoció como Veteranos de Guerra de Malvinas a siete integrantes de la Armada Argentina que no pisaron las islas durante el desarrollo del conflicto bélico en 1982.
El fallo, que despertó disidencia, al tiempo que entre los propios camaristas no hubo unanimidad, se suma a otros del mismo tenor dictados en los últimos meses.
De esta manera se confirmó lo dispuesto en primera instancia y se condenó al Estado Nacional a incluir a los demandantes como veteranos "del continente".
Votaron a favor de otorgar el beneficio los jueces Néstor Luis Montezanti y Angel Alberto Argañaraz, mientras que su colega Pablo Candisano Mera opinó en sentido contrario.
En diálogo con "La Nueva Provincia" , Carabajal sostuvo que si bien está de acuerdo en que sean reconocidos aquellos que tuvieron la misión de asistir a los aviones argentinos desde el continente, dijo no estar de acuerdo en que lo sean como veteranos de guerra, ya que no entraron efectivamente en combate, como lo dice la ley.
"¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que los que desembarcamos el 2 de abril del '82 y participamos de los combates desde el 1 de mayo hasta el 15 de junio (porque nosotros nos rendimos el 15) padecimos el bombardeo enemigo, la muerte de nuestros compañeros, asistencia a nuestros heridos, la inclemencia del tiempo y todo el horror de una guerra, que solamente nosotros podemos sentirla, porque para eso hay que vivirla.
"Volvimos --agregó-- con graves secuelas, externas e internas, heridas en el alma, que no tienen cura, lo llevamos de por vida, por eso se llama estrés post traumático, motivo por el cual muchos de nuestros camaradas se quitaron la vida, no pudieron soportar las heridas internas, y vamos llegando a los 600, cosa que en los movilizados no pasó, ni tampoco padecen dicha enfermedad".
En otro tramo del diálogo mantenido con este diario, Carabajal dijo saber que hay muchos que están considerados veteranos y no se lo merecen.
"Solamente les importa el dinero. ¿No se dan cuenta que están lucrando con la sangre de nuestros caídos, de nuestros verdaderos héroes que dieron todo sin perder nada? En realidad me gustaría saber qué quieren. ¿Un reconocimiento o plata? porque si quieren un reconocimiento a lo mejor se lo pueden dar, porque nosotros todavía no fuimos reconocidos.
"Lo que hoy tenemos --continuó-- lo fuimos a buscar, nadie nos dio ni reconoció nada. Nosotros, después de muchos años de lucha, para ser más exactos 25 años, empezamos a cobrar la pensión honorífica, durante ese tiempo no vi a ningún movilizado luchando a la par nuestra para obtener los beneficios que muchos gozaban desde el año '82".
En tal sentido, se quejó porque "justamente ahora", que hay beneficio monetario logrado por otros, estas personas aparecen.
"Esto no es una queja por lo que pasé en la guerra, me siento orgulloso de haber participado en tan gloriosa gesta, sólo quiero justicia para los 649 caídos y los 600 combatientes caídos en la post guerra, que ya no pueden defenderse, que seguramente hoy forman parte del Ejército de Dios y ellos no se merecen esto, sólo espero que la justicia del hombre pueda ver la diferencia entre unos y otros", concluyó.
Perfil
El sargento ayudante en retiro efectivo Oscar Carabajal participó del desembarco del 2 de abril como efectivo del Batallón de Comunicaciones 181, con asiento en nuestra ciudad, que prestó apoyo al Regimiento de Infantería 25, cuyo comandante fue durante la guerra el coronel Mohammed Alí Seineldín. Carabajal se desempeñó durante el conflicto en Puerto Argentino, Puerto Darwin y Bahía Fox.
Una puerta a la polémica
Con la resolución de la Cámara fueron favorecidos Omar Angel Alvarez, Luciano Aversano, Eleuterio Flores, Rafael Eduardo Lucatini, Luis Alberto Molina, Ceferino Patricio Quiquinto y Adolfo Jorge Soto.
La medida ordenó abonarles la diferencia de la incorporación en el haber mensual del beneficio previsto por el decreto 1244/98, desde su entrada en vigencia hasta la que cada uno de los actores hubiera pasado a retiro, y por su parte abonar la pensión instituida por decreto 1357/04, en forma retroactiva a la entrada en vigencia del decreto 886/05.
El Estado apeló la decisión inicial, por entender que no había constancia de que los actores sean veteranos de guerra, ya que --a su criterio-- no participaron efectivamente en las acciones bélicas.
Se explicó en el recurso que todos participaron de tareas de reparación, mantenimiento, camuflaje de aviones y patrullajes y seguridad en Río Grande y Río Gallegos en la época del combate.
Dos posturas. Candisano Mera entendió que los diplomas y medallas otorgados por el Congreso Nacional no acreditan la condición de Veterano de Guerra, ya que no sólo fueron entregados a quienes cumplieron funciones operativas en Malvinas, sino también en el continente.
Opinó que "el marco normativo que regula la cuestión se remonta a la pensión vitalicia de la ley 23.848", instituida para los excombatientes que estuvieron destinados al Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) y al Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 y que "entraron efectivamente en combate".
En ese sentido, enumeró una triple orden de requisitos: el temporal (entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982), el
geográfico (TOM y TOAS) y el de acción (efectivo combate) y remarcó que este último aspecto no se acreditó en ninguno de los siete casos, con lo cual planteó rechazar el beneficio.
Sus pares Montezanti y Argañaraz argumentaron en dirección contraria y, por mayoría de opiniones, inclinaron la balanza a favor de los integrantes de la Armada.
"La Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció que la existencia de `riesgo de combate' está determinada por el ámbito geográfico de operación, y que tal factor es determinante para la resolución del caso, habida cuenta de que es de ello que depende el cumplimiento tanto del requisito geográfico como el de acción y, en definitiva, el status de excombatiente", explicó Montezanti.
Opinó que la Base Aeronaval de Río Grande formó parte del TOAS, "porque fue de ella de donde partió la mayor parte de las misiones aéreas de ataque dirigidas al TOM, con el consiguiente riesgo cierto de represalias por el enemigo (quien disponía de aeronaves, buques y artefactos de bombardeo aptos para llegar a ella)".
Montezanti agregó que incluso en esa terminal murió el piloto de un avión cazabombardero de la Armada, a poco de regresar de una misión desde Malvinas.
En consecuencia, consideró que Alvarez, Aversano, Flores, Lucatini, Molina, Quiquinto y Soto actuaron en la zona del conflicto armado, rechazó la apelación y confirmó la sentencia que los declaró formalmente Veteranos de Guerra.
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