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viernes, 22 de junio de 2012

La DAIA homenajeó a los ex combatientes judíos de Malvinas y ratificó que los acompañará en su reclamo de justicia


 



La DAIA realizó un homenaje a los ex combatientes judíos de la guerra de Malvinas y ratificó su decisión de acompañarlos en el reclamo de justicia por los maltratos y actos de antisemitismo que sufrieron en el conflicto bélico de 1982.

La ceremonia, que se realizó en el salón auditorio del edificio de la AMIA, contó con la presencia de un importante grupo de ex combatientes; el arzobispo primado de la ciudad de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio; el subsecretario de Planeamiento Estratégico del Ministerio de Defensa, Martín Plaza; subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Claudio Avruj.

También participaron dirigentes de las instancias centrales de la comunidad judía argentina y amigos de los ex combatientes.

Entre otros enviaron adhesiones al acto la ministra de Seguridad, Nilda Garré; los senadores nacionales Carlos Reutemann y Rubén Giustiniani, y el presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Análisis Morales y Políticas, Jorge Vanossi.

El rabino Baruj Plavnik, uno de los cinco dignatarios religiosos de la comunidad judía que fueron autorizados a estar en las bases militares establecidas en la Patagonia durante la contienda bélica a fin de brindar asistencia espiritual a los soldados judíos, fue el primer orador de acto.

“Estamos aquí porque un grupo de veteranos de Malvinas nos golpeó las puertas. Lo que pasaron en Malvinas fue tremendo, pero lo que pasaron después de Malvinas fue más tremendo porque no les prestamos atención. Nos lo dicen y tienen razón, durante 30 años nos olvidamos de ellos”, expresó el religioso.

Plavnik sostuvo que “las Malvinas fueron, son y serán argentinas, pero las vidas sacrificadas en ellas causan dolor y vergüenza”. “Por suerte tenemos a los combatientes que sobrevivieron, mi homenaje también a cada uno de ustedes, por que a pesar de los sufrimientos y las tremendas secuelas de la experiencia traumática pudieron reconstruir sus vidas y vivir vidas normales. Mi homenaje a los veteranos, a sus padres, a sus esposas, a sus hijos, que le tocó en el juego de la vida caer en el casillero de la guerra, volver del horror y encontrarse con la indiferencia”, transmitió.

Para el rabino, “los veteranos de la guerra de Malvinas son testigos de una parte de lo peor de la historia argentina, quiera Dios que nunca más haya desaparecidos en nuestro país”.

Sergio Vainroj, en representación de los ex combatientes judíos en la guerra de Malvinas expresó que la Guerra de Malvinas es “un episodio histórico y único” que vivió la Argentina, en “la época más obscura y sangrienta de la Argentina que comenzó el 24 de marzo de 1976 y se llevó consigo 30.000 desaparecidos, de los cuales 1.900 almas eran judíos, que representa casi el 11% de los desparecidos argentinos durante la dictadura militar”.

“Un numero alto si se tiene en cuenta que la comunidad judía en la Argentina no llega ni al 1 por ciento de la población general. Esa misma dictadura que viendo que su sucia tarea encomendada por los poderes económicos internacionales se terminaba, tuvo la siniestra idea de perpetuarse en el poder acudiendo al conocido fervor patriótico de los argentinos tomando militarmente las islas Malvinas el 2 de abril de 1982”, añadió.

Al describir su vida en el servicio militar, Vainroj relató que “como judíos en la colimba en unas fuerzas armadas con tradición antisemita, tuvimos siempre un agregado más al común maltrato y menosprecio por parte de los jefes militares”.

“Nuestra sorpresa y desgracia fue ver que esa normativa se siguiera implementando en las condiciones de guerra, cuando ante un ejército enemigo superior es de esperarse la unión y la camaradería. Y así fuimos a Malvinas unos 40 judíos, en una guerra por la soberanía de nuestra Argentina”, sostuvo.

“Cuando reiteradas veces, en la sociedad, se puso en tela de juicio la condición de judío argentino, nosotros tenemos la más valiosa muestra de lo que somos como comunidad, al haber brindado nuestras vidas en pos de la defensa de nuestro país”, destacó.

En su discurso, Vainroj solicito rendir un minuto de silencio en homenaje a los 649 soldados argentinos muertos en combate, “quienes quedaron en las islas y no sabemos exactamente si hubo algún judío”.

El ex combatiente también recordó al rabino Marshall Meyer z’l por haber tenido “la intención de enviar rabinos a Malvinas para sostener moralmente a los judíos que estaban en combate”.

“Las restricciones de la cúpula militar de entonces impidieron que estos rabinos llegaran a las islas, pero dicha acción nos revela el claro conocimiento de la presencia de soldados judíos en Malvinas”, sostuvo.

Por último, el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, se mostró conmovido con el testimonio del ex combatiente.

“Uno concurre a una enorme cantidad de actos, pero este tiene una particularidad: no es una celebración, no es una conmemoración, no es una fecha; es un acto de justicia. A un puñado de muchachos de aquella época, chicos, que nos han enseñado, que nos han mostrado al principio que la guerra no es un hecho de la historia que solamente la encontramos en los libros, que la guerra pudo ser un hecho contemporáneo, que la vimos pasar, que convivíamos con ella”, expresó el dirigente.

Donzis enfatizó que “los jóvenes de nuestra comunidad judía también se pudieron poner las botas y el uniforme militar para defender a nuestra patria”. “Este acto de justicia al que me estoy refiriendo, sabemos que un reconocimiento difícilmente modifique la historia. Es imposible que pueda modificar el registro que uno tiene gravado de haber padecido el horror de la guerra. Difícilmente pueda borrar la indiferencia padecida después de la guerra. Es muy difícil que un reconocimiento, o un homenaje, puedan no solo borrar, sino resarcir lo pasado”, consideró.

“El ser judío hizo que fueran víctimas de un maltrato superior a lo que quizás se viviera, como lo relataban recién, en una situación de guerra, en la colimba, en un servicio militar donde el maltrato era cotidiano, pero por el hecho de ser judío era un maltrato mayor; y quizás el acto de justicia es eso. No podemos resarcir pero tenemos que acompañar, como lo va hacer la DAIA de aquí en más, como ya lo hemos anunciado. Acompañarlos en este reclamo, en está denuncia y subrayar las injusticias del antisemitismo”, resaltó el titular de la DAIA.

En el cierre del acto, los miembros del Consejo Directivo de la DAIA hicieron entrega a cada uno de los ex combatientes de un diploma de reconocimiento de la DAIA.

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