viernes, 26 de mayo de 2017

Condecoran hoy como "veterano de guerra" a un pescador gallego que fue espía de la Argentina en Malvinas



Se trata de Fernando Otero, un ciudadano de Bueu, un pueblo en la provincia de Pontevedra


Fernando Otero, un ciudadano de Bueu, trabajó como espía para la Argentina durante le conflicto por Malvinas. Foto: Gentileza Fernando Otero





MADRID.- El gobierno homenajeará hoy como "veterano de guerra" a un pescador gallego que actuó como espía de la Argentina durante el conflicto por la islas Malvinas y cuya historia había quedado en sigilo hasta hace poco. Se trata de Fernando Otero, un ciudadano de Bueu, un pueblo gallego en la provincia de Pontevedra, sobre la costa de las Rías Bajas.


De allí partió hace 35 años para abordar, como tercer jefe de máquinas, el pesquero Usurbill. Ignoraba, por entonces, que en ese viaje se convertiría en espía de mar al servicio del gobierno argentino. "Nuestra tarea fue localizar lo mejor posible a la Task Force", tal como se denominó a la flota de ataque enviada por Margartet Thatcher, explicó Otero a LA NACION.

Fue un espionaje camuflado bajo la apariencia de lo que eran: pescadores con bandera argentina. La radio del pesquero, otrora usada para comunicarse con familiares en Galicia y con la empresa pesquera, pasó a estar en contacto permanente con los mandos militares. Para lo demás hubo silencio absoluto.


"Nos instruyeron brevemente", dijo Otero. Un oficial de la Armada les dio unos figurines troquelados para identificar a las unidades de la flota británica y, para transmitir la información, se apeló a un código con aspecto inofensivo.

Palabras como "merluza", "calamar" o "ballena" pasaron a significar "fragata", "portaaviones" o "crucero", según los casos. Así, la frase "parece que estamos cerca de un cardumen de merluza" podría significar algo bien distinto al negocio en sí.


Fueron 17 días de espionaje. Lo peor, recuerda, fue en el atardecer el 8 de mayo. "¡Ya están aquí!", gritó alguien, bajando la escalera. Otero estaba en sala de máquinas.

"Están aquí ¿quiénes?", contestó, como quien no quiere enterarse. "¡Los ingleses!", escuchó.

"Estamos listos", dice que pensó. Primero, se quedó paralizado. "Como en las películas de submarinos, cuando la tripulación está en silencio. Esperando que baje la carga de profundidad del barco enemigo". Creyó que era el final.


Una copia de la cédula naval extendida por el gobierno argentino en 1982. Foto: Gentileza Fernando Otero





"Nunca se me borró ese momento". Luego, se puso en marcha. "Iba a haber jaleo", de modo que activó la maniobra de achique, por las dudas. "Ha llegado nuestra hora", pensó. "Sentía una piedra en el estómago. La sala de máquinas está por debajo de la línea de flotación y es donde la muerte es más segura y cruel", recordó.

Los sobrevoló largo rato un Sea Harrier y luego, un helicóptero. Este último los barrió de proa a popa varias veces con sus relectores y no se les movía de encima. "Pensamos que iban a abordarnos, de modo que nos deshicimos de todo aquello que pudiera comprometernos", dijo. Allí se fueron claves, figurines y anotaciones de todo lo que habían visto antes de ese momento. El recuerda especialmente al enorme Canberra, el transporte de tropas.

Todavía hoy conjetura sobre por qué tuvieron más suerte que el pequeño pesquero Narwal, que también hacía espionaje. A diferencia del Usurbill, que pudo regresar, aquel fue enviado a pique con dos disparos de misil. Hubo muertos y heridos.

El hundimiento del Narwal fue decisivo para el fin de la operación. "Mercado saturado, regresen a puerto", fue la orden en clave que recibieron de Buenos Aires. "Esperen, estamos siguiendo un buen cardumen", respondió el capitán. No hubo marcha atrás y regresaron. Allí supieron de la trágica suerte del Usurbill, con el que habían navegado juntos un trecho, al comienzo del conflicto.

Durante mucho tiempo, Otero no dijo nada de todo esto. "Nadie me dijo que guardara silencio. Pero pensé que era lo que correspondía", explicó. Pocos en su casa supieron la razón de las pesadillas que lo persiguieron al regreso a Bueu.

Hoy, pescador retirado y feliz abuelo de cuatro nietos, asistirá a la embajada de nuestro país para ser reconocido como veterano de guerra. Estarán el embajador Ramón Puerta y el agregado naval, capitán de navío Julio Hoffman.

Su caso es peculiar por varias razones. Porque no son muchos los veteranos de guerra extranjeros y menos, que hayan actuado de espías. En todo caso, será el cierre de una historia que Otero recuerda con orgullo.

martes, 23 de mayo de 2017

Un halcón sobre Malvinas.1° Tte. Luciano Guadanini


Luciano Guadanini y sus compañeros

Homenaje de ho 23/05/2017
Plaza Luciano Guadanini en Haite y Fournier Bahia Blanca








En homemaje al Piloto Bahiense 1° Teniente Luciano Guadanini en la Plaza que lleva su nombre entre Haiti y Fournier sentido homenaje para el y sus familiares presente.

Rinke, por su parte, es reconocido como el piloto argentino que en la Guerra de Malvinas alcanzó el mayor número de salidas y llegadas al blanco, es decir la flota británica, un logro que la Fuerza Aérea todavía no contabilizó formalmente, aunque figura en el total de sus horas de vuelo en Skyhawks A4B, a cuyos tripulantes los llamaron simplemente Halcones.


"Yo era un teniente de 26 años, tenía una hija y otra en camino ya que mi mujer estaba embarazada de siete meses, recuerdo bien el 1° de mayo, el día en que entramos en combate. Todos estábamos ahí volando sin saber muy bien qué es lo que iba a pasar", reseñó.

Explicó que "muchos pilotos salieron en misiones ese día, pero fue prueba-error, no había conocimiento de las tácticas, las comenzamos a aprender".

"A mí ese día me tocó una misión prácticamente tranquila, veía en el aire muchos aviones que se encontraban, no sentí miedo", expresó.

Entre sus logros se cuentan haber atacado y hundido al HMS Coventry, un destructor Tipo 42 (Clase Sheffield) de la Marina Real, y al HMS Broadsword.

"Mi bautismo de fuego fue el 23 de mayo cuando volé con el primer teniente Luciano Guadanini, que murió por un misil enemigo. Atacamos un buque que suponemos fue la fragata Antelope, que explotó a las 3:00 de la mañana cuando los ingleses estaban desarmando las bombas. No se sabe quién fue el autor exactamente, porque ese día la atacaron mucho",

Rinke admitió que le "enorgullece mucho haber participado de la guerra, pero es un tema de vida: me cambió la vida, aprendí a valorar y a tener más fe". .

lunes, 22 de mayo de 2017

Proyecto para crear un museo virtual de Malvinas




NO SOLO SOBRE LA GUERRA DE 1982 

Proyecto para crear un museo virtual de Malvinas



El objetivo es realizarlo dentro del monumento y centro cultural que está ubicado en Zelarrayán y Cuyo.


fmoreno@lanueva.com




El Centro de Veteranos de Guerra Bahía Blanca presentó un proyecto en la Municipalidad para que en el monumento de Zelarrayán y Cuyo se construya un museo temático virtual sobre las Islas Malvinas, aunque no solo de la guerra sino del archipiélago en general, la Antártida y el oceano Atlántico Sur.


“Desde hace tiempo que estamos trabajando en el tema de la memoria, lo que implica tener un buen paseo, un monumento, organizar charlas, jornadas, proyectar películas, etcétera. Todo eso, relacionado a Malvinas como acontecimiento, lo estamos logrando”, explicó el integrante del Centro de Veteranos, Jorge Palacios.


“Pero tenemos la intención de que Bahía Blanca cuente con un museo temático virtual. Está el monumento de Zelarrayán y Cuyo, el cual creemos no se está aprovechando como se debería, y hablamos con el intendente Héctor Gay para que lo ceda a los fines de hacer el museo”, agregó.


“Durante la gestión de Gustavo Bevilacqua se lo designó como centro cultural, pero se hicieron algunas actividades relacionadas a Malvinas y otras no tanto. Nos da la sensación de que es un lugar desperdiciado que debería estar abocado a una función concreta”, amplió.


“La idea es que el museo sea de lo más moderno posible para la época en que vivimos, porque si bien el museo clásico sirve, la verdad es que utiliza un método un poco atrasado. Queremos un lugar donde desde el chico del jardín de infantes hasta el universitario adquieran conocimientos no solo de la Guerra de Malvinas, sino sobre las Islas, el continente antártico y el Atlántico Sur, en cuanto a geografía, economía, explotación de recursos, etcétera”, dijo.


“El museo se tiene que poder utilizar para visitas escolares y la educación en general. El conocimiento es lo que va a trascender al veterano y a la guerra en sí. Actualmente Malvinas, la Antártida y el Atlántico Sur son ignorados por la población”, agregó el presidente del Centro, Héctor Bollo.


“Con esto se intenta que haya una toma de conciencia, Malvinas es un disparador del mar argentino sur. Y esto no es solo para Bahía, es para la gente de toda la zona”, añadió Palacios.


En coincidencia con el 29º aniversario de la Guerra de Malvinas, el 2 de abril de 2011 quedó inaugurado en Zelarrayán y Cuyo el Centro Cultural y de Gestión "Islas Malvinas".


El edificio, de planta circular y de 260 metros cuadrados, fue el fruto de un concurso de ideas organizado en 1993 para generar una obra que sirviera como "memoria activa de la gesta" y cuya construcción se detuvo en 1997.