miércoles, 15 de febrero de 2012

Ex combatiente y su relación con el Dakar


Malvinas: SITIO ANDINO te presenta la entrevista a un ex combatiente y su relación con el Dakar
Alejandro Lombardi es de Necochea y contó sus recuerdos del conflicto, su visión de las recientes acciones de Cristina Kirchner y como sus calcos con la imagen de las islas llegaron a la camioneta de Lucio Álvarez en el rally.
Karina Marusic




Vista de monte London y a lo lejos el Puerto Argentino.

El 2 abril de 1982, Alejandro Lombardi tenía 19 años y hacía menos de un mes que había comenzado el servicio militar obligatorio. Fue uno de los jóvenes argentinos que luchó por recuperar la soberanía de las Islas Malvinas.

A casi 30 años del inicio de la guerra que terminó con la vida de 649 compatriotas, el veterano oriundo de Necochea contó a SITIO ANDINO su experiencia y sus impresiones de los recientes acontecimientos y tensiones entre Argentina y Gran Bretaña.

Un recuerdo doloroso

"Ingresé el 8 de marzo de 1982 al servicio militar. El 12 de abril ya salí para el sur y el 17 de abril ya estaba en Malvinas", relató Lombardi. "Pasamos mucho hambre, mucho frío, la separación de la familia, el vivir en un pozo y no poder bañarte; me bañé solo dos veces en los 70 días que estuve en las islas", recordó.




A pesar de la dolorosa experiencia, para el ex combatiente, lo peor de todo fue conocer como ser humano las miserias de uno y la vida cotidiana durante la guerra. "El bombardeo en si, si te tiraban una bomba o no, hasta pasaba a ser algo secundario. El tema era sobrellevar el día a día, el desgaste psicológico y físico fue muy duro".

Y aseguró que es algo que no se olvida. "En lo cotidiano uno vive siempre relacionando cosas con la guerra. La guerra es una herida que se lleva adentro y que no te olvidas más".

Volver, 25 años después

"En el 2007, tuvimos la suerte de poder volver a las islas con dos veteranos amigos, Guillermo y Pancho. Fue muy bueno y reconfortante, nos ayudó mucho", rememoró Lombardi.




Los veteranos frente a la cruz principal en el cementerio en su visita a las islas en 2007.

"Los tres rescatamos de ese viaje que logramos posicionar la guerra en el tiempo, porque nos encontramos con que las islas están bastante cambiadas, sobre todo en el pueblo. También estuvimos en el cementerio con nuestros compañeros. Eso fue lo más duro", contó.

Además, el ex combatiente señaló que tuvieron mucho contacto con los isleños y que no todo es como lo "pintan" los medios: "Están sufriendo bastanteporque el mantenimiento de la isla les cuesta mucho. El gobierno de Gran Bretaña mantiene sólo los gastos de la base militar. Ya en el 2007 nos decían que estaban comprometidos con los recursos pesqueros. Por eso yo veo que están tan desesperados por el petróleo, porque es la única posibilidad que tienen de seguir subsistiendo”, consideró.

Sorpresa y suspicacias

En las últimas semanas, el tema Malvinas ha sido título principal de todos los medios en reiteradas oportunidades. Lavisita del príncipe inglés a las islas, la llegada de un barco militar, las denuncias del Gobierno argentino ante la ONUpor la militarización del Atlántico sur y unas cuantas declaraciones y acusaciones cruzadas han aumentado la tensión entre ambos gobiernos, justo a pocas semanas de cumplirse el 30 aniversario de la guerra.

“Todo lo referente a Malvinas y a la soberanía, siempre desprendido del tema de la paz, me parece extraordinario.En cuanto a lo bélico, por supuesto que nosotros, los veteranos, no compartimos absolutamente nada”, opinó Lombardi.




Además, con respecto al discurso de la Presidenta y a la denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas, consideró que “es un paso más, porque hace rato que se viene protestando por la base militar radicada en las islas. Pero tampoco es la primera vez que ‘el principito’ viene a las islas y siempre se han hecho movimientos bélicos”.

Sobre este tema, el ex combatiente señaló: “No me parece tan preocupante el tema bélico, sino que es mucho más grave la depredación que están haciendo con la vida submarina y con lo que puede llegar a pasar con el petróleo. Porque que venga un barco o diez o veinte fragatas, para nosotros es exactamente lo mismo porque no tenemos con que tirarle”.

"Lo que sí me sorprende mucho en esta etapa es la reaparición del apoyo que hay en toda Latinoamérica.Eso es algo novedoso, porque no estaba ocurriendo. Hasta el mismo Chile se ha dado vuelta y está apoyando que no pasen barcos ingleses con bandera isleña al puerto chileno", expresó.

Sin embargo, y a pesar del "llamativo" apoyo de Brasil, Uruguay, Cuba, Venezuela, Bolivia y Perú, Lombardi dice que todavía "toma con pinzas toda esta movida". Y las razones de su suspicacia tienen raíz histórica: "Nosotros en el año ‘82 sufrimos una guerra por culpa de un gobierno militar que quiso tapar un problema social dentro de su país. Por eso, espero que esto no sea una movida de ese tipo".

Con el Dakar, hasta Perú

Además de ex combatiente, Lombardi es el primer responsable de que la lucha por la soberanía de las Islas Malvinas haya acompañado el rally Dakar durante su recorrido por Argentina, Chile y Perú.

"Yo soy de Necochea y me invitaron a pasar el día a un camping donde iban a estar los pilotos del Dakar. El día anterior preparé para llevar dos calcomanías de Malvinas que tenía desde hace muchos años. Yo siempre rescaté a Perú, que fue uno de los primero países que nos brindó en el '82 el apoyo total. Y pensé: qué lindo sería que vieran las islas en Perú".

"Ya en el camping, nos arrimamos a unas camionetas y nos pusimos a charlar con los pilotos, sin darnos cuenta quiénes eran. Hasta que descubrimos que eran Lucio Álvarez y Ronnie Graue, que nos atendieron de primera y nos contaron cómo era la reglamentación de la competencia".

"Durante la charla, les dije que tenía unas calcomanías para poner en la camioneta. Y ahí me miraron cómo diciendo: ‘Y este qué quiere… tenemos toda la camioneta vendida…’, pero cuando Lucio Álvarez las vió, me dijo: ‘Sí claro, elegí vos el lugar’. Puse una en un costado de la camioneta y le entregué la otra por si se la quería dar a otra persona o si se la pedían en Perú, pero me dijo que la ubique del otro lado. Después le agradecí el gesto y le prometí que le iban a dar suerte. Y así fue", relató Lombardi, y agregó que "ver la calcomanía en Perú y en Chile, fue muy lindo, satisfactorio y emocionante".






Por su parte, Lucio Álvarez subió la foto que se sacó junto con Lombardi y su copiloto al Facebook y escribió: "Quiero agradecer a Alejandro Lombardi, ex Combatiente de Nuestras Islas Malvinas, que antes de largar la Primera etapa en Necochea me pegó unas calcos de las Islas y me dijo que me iban a dar suerte... Y que si me la dieron... así que ahora es mi proveedor oficial de calcos".

lunes, 13 de febrero de 2012

Veteranos no quieren que las banderas británicas decoren vidrieras

En remeras, carteras y hasta zapatillas, el estandarte del Reino Unido se transformó en un adorno. Los ex combatientes argentinos llevan adelante una campaña para quitar los símbolos.

Susana Gimenez, Jorge Rial, Mariano Iudica y otras figuras públicas se han mostrado con los símbolos del Reino Unido estampados en sus prendas. Es que la Unión Jack se puso de moda, paradójicamente, a pocos meses de cumplirse 30 años de la Guerra de Malvinas y dentro del contexto actual, con un nivel de tensión con el país del norte y en el máximo reclamo argentino por la soberanía de las islas.

El debate sobre la utilización de la bandera como decoración se plasmó en las redes sociales donde se repudió y defendió la actitud de los periodistas y trabajadores de televisión que se los vio con los símbolos de la potencia europea. Pero el mayor impulso al repudio lo dieron los propios Veteranos de Malvinas quienes reconocen en la utilización de la bandera británica una falta de respeto a los 649 muertos de la guerra de 1982.

Primero actuaron en locales de la Ciudad de Buenos Aires, principalmente en los barrios de Palermo y Belgrano, donde algunas tiendas que responden a marcas extranjeras vendían remeras y otras prendas con los símbolos británicos.
Ahora el reclamo se trasladó a Bernal donde un local colgaba una bandera del Reino Unido en toda su vidriera como elemento decorativo.

Las agrupaciones Resistencia Patriótica y el Centro de Ex soldados de Lanús emprendieron esta tarde una movida contra un local de ropa de una galería de la calle 9 de Julio, donde se exponía una bandera y se vendían remeras con el símbolo británico.

Se acercaron al local y reemplazaron la mercadería por una bandera de Malvinas. Consideraban que era una falta de respeto "a los héroes que han entregado su vida luchando por Malvinas".

Diego Salce, titular de la agrupación, señaló que "la protesta es en un local que vende ropa moderna para los chicos y que en la vidriera han colgado una bandera británica 1 metro por 1 metro. Nosotros le pedimos que la descuelguen y la entreguen como forma de perdón público".

La movida fue realizada en forma conjunta con los ex combatientes de Lanús y se trató de un acto simbólico de rechazo a la venta de este tipo de productos. "En todo el territorio tenemos que ver en todos los lugares chetos flamenado la bandera inglesa o vendiéndole ropa a los adolescentes y los chicos. Tiene que ver con un marketing a cualquier precio" dijo, según publicó el portal Radio FMQ.

El debate sobre la utilización de estos símbolos apunta a la concepción de la bandera británica como un objeto bonito, por sobre otras banderas, incluida la argentina, y dejando de lado las relaciones entre los dos países y la historia tensa que alcanzó su punto más grave hace casi 30 años.

domingo, 12 de febrero de 2012

Veteranos vuelven a las islas en medio de las denuncias por militarización


Los ex soldados llegarán esta tarde a la zona junto a sus familias. Fueron despedidos por el gobernador de Chubut, quien aseguró: "Es un acontecimiento muy importante y emotivo para todos, y se da en este momento en particular". Ayer, Timerman denunció al Reino Unido ante la ONU


 foto: Patagónico

Los cuatro veteranos de Malvinas fueron despedidos por las autoridades de la provincia de Chubut en el monumento a los caídos ubicado en la Honorable Legislatura Provincial, de acuerdo al portal Patagónico.

El gobernador de la provincia, Martín Buzzi, habló sobre la particularidad de la visita, en medio de la escalada de tensión entre Londres y Buenos Aires por la militarización y la soberanía de las islas. “Es un acontecimiento muy importante y emotivo para todos, y se da en este momento en particular, con las cosas que se vienen dando políticamente”, advirtió.

También habló al respecto el secretario de Cultura de la provincia, Claudio Dalcó, quien recordó que este año se cumplen 30 años del conflicto bélico. “Es un momento muy especial ya que se cumplen 30 años de lo ocurrido en las Islas Malvinas y uno se sensibiliza mucho con estas cosas, lamentablemente porque tenemos que llevarlo a flor de piel todos los días”, dijo.

“Malvinas siempre es especial para los argentinos y es algo que seguimos anhelando, poder recuperarlas en algún momento, hacer todas las gestiones diplomáticas para lograrlo”, agregó.

Uno de los ex combatientes, Francisco Asturi, contó que primero irán hacia Comodoro Rivadavia para luego iniciar el viaje a Río Gallegos, desde donde volarán a las Islas Malvinas.

“La delegación está integrada por 14 personas, somos cuatro veteranos de guerra que viajamos con nuestros hijos, un periodista, una profesora y un camarógrafo”, contó Asturi.

“Es un orgullo muy grande volver acompañados por nuestros hijos”, admitió para luego ser claro: “Nuestro viaje es en son de paz y entendemos que los isleños también se sientan incómodos porque son el fiambre del sándwich”.

“Llegamos el sábado a las 14:30 horas a las islas, tenemos todo el sábado libre y el domingo recorremos las islas con los vehículos y vamos al cementerio”, reveló.

Ayer, el canciller argentino Héctor Timerman denunció ante la ONU la militarización del Atlántico Sur por parte del Reino Unido. "Han cuadriplicado su poder naval en el Atlántico Sur" con el envío del buque HMS Dauntless, aseguró. "Se trata de la última generación de barcos en el mundo entero. No hay ningún país de la región que tenga este tipo de embarcación. Ninguno podría hacer frente a este tipo de armamento", argumentó.

lunes, 6 de febrero de 2012

VETERANA DE GUERRA DE MALVINAS: GRACIELA LILIANA GERÓNIMO, UNA MUJER CON IDEALES



Graciela junto a sus padres el día de su graduación 
Graciela Liliana Gerónimo nació el 30 de 0ctubre de 1959 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el barrio de Flores, realizando sus estudios secundarios en la Escuela de Comercio N° 19.
Hija de Elba Carrizo y Antonio Gerónimo fue una de las pocas mujeres que participó en la guerra de Malvinas, reconocida por el Estado Nacional como veterana de guerra, perteneciente a la Marina Mercante.
Con sus 23 años, decidió embarcarse voluntariamente en el Buque Bahía San Blas para participar del conflicto armado.
Vivió en el barrio de Lugano entre 1987 y el 11 de septiembre de 2004 en que falleció en su casa de la calle Timoteo Gordillo.
Hoy su hija mayor Sabrina Testa de 26 años, junto a su abuelo Don Antonio, nos cuentan su historia de vida, rica en ideales y profundos valores patrióticos, dignos de destacar.
Sabrina: Mi mamá quería ser Policía, investigar en criminología, pero un familiar de alto rango de la Policia Federal le recomendó que no era un ámbito para una mujer.
De todas maneras rindió el examen en Policía y como la Marina Mercante ya estaba incorporando personal femenino también rindió y entró en los dos. Cuando tuvo que decidir su tío intervino y la convenció de no estudiar en la Policia , así que viró para el lado de la Marina Mercante y se recibió de Comisario Naval. Ingresó con orden de mérito 18 y terminó con orden de mérito 10, que era algo muy difícil dado que era un medio muy estricto.
Mi mamá se caracterizó por seguir sus ideales y nunca le importó lo que los demás pensaran. De hecho fue una de las pocas mujeres de aquella época que cruzó el Ecuador. A los marinos que logran cruzan la Línea del Ecuador le hacen una ceremonia de bautismo y le colocan un nombre de un ser vivo del mar. A ella la bautizaron como ALMEJA.
Viajó por Holanda, Alemania , Francia y otros países de Europa: También estuvo Tierra del Fuego,en el Atlántico Sur, estando en Malvinas antes del conflicto, en la Antártida en la Base Almirante Brown y en la guerra de Malvinas navegó en el Teatro de Operaciones durante todo el conflicto armado.
Cuando se recibió había básicamente dos destinos la empresa Ferrylineas que realizaba viajes turísticos por todo el mundo. La mayoría de los marinos querían como destino a esa empresa .
Otra empresa era Transportes Navales ( que nadie la quería) hacia algunos viajes de turismo pero transportaba cargas en general. Ella eligió Transportes Navales. Por haber elegido ese destino, le dieron a elección el buque y ella eligió el Bahía San Blas, con el cual participó en la guerra de Malvinas.
El Buque San Blas, era un buque de carga general construido en el año 1979 y tiene dos buques gemelos, el Canal de Beagle y el Cabo de Hornos, ella navegó en los tres.
Cuando fue la guerra de Malvinas el Buque Bahía San Blas fue a buscar a Francia a los aviones SuperEtendart de la Armada Argentina que tenía como sistema de armas a los Misiles Exocet.
Después de traerlos acá los llevaron para Tierra del Fuego, donde se encontraban las bases de donde despegaron para combatir.
Después de llevar al sur los aviones Super Etendart, estalla el conflicto. A ella la querían en el Crucero General Belgrano, de hecho unos 30 compañeros de su promoción se embarcaron en el Belgrano, sólo sobrevivieron unos 5 o 6, el resto murieron, pero los jefes de la Marina Mercante no lo permitieron y entonces se embarcó en el Bahía San Blas y los otros barcos gemelos
Esos buques transportaron explosivos al Teatro de Operaciones, entre otras acciones.
Los explosivos en general estaban vencidos o mojados motivo por el cual muchas veces el buque no explotó.
Don Antonio nos comenta: ..." Yo me ofrecí como voluntario para ir a la guerra, con tal que mi hija no fuera, pero no me aceptaron..."
Sabrina nos dice: Mi tío Roberto Testa estuvo en la zona de guerra en otro buque de la Marina Mercante, pero como estaba por nacer mi prima desembarcó y tomó su lugar un amigo de mi mamá Alejandro Cuevas. Alejandro no sabía si ir o no a la guerra, pero su padre le dijo que para él sería un orgullo tener un hijo que fuera a luchar por su país, entonces se embarcó. Ese buque de la Marina Mercante fue hundido y Alejandro murió.
Otro episodio fue el hundimiento del Buque Isla de los Estados. El San Blas estaba a dos horas de navegación y había sobrevivientes. Mi mamá me contó que en ese momento tuvo una discusión con el militar que estaba a cargo del barco porque no quiso ir a rescatar a los sobrevivientes por temor a ser hundidos. Finalmente los sobrevivientes fueron rescatados por los chilenos que nos “ estaban jugando en contra”, una vergüenza! nos comenta Sabrina.
¿ Cómo continuó su vida después de Malvinas?
Siguió navegando hasta que se casó con mi papá, que dejó de navegar. Mis padres se conocieron en el Bahía San Blas, él era engrasador ( es decir clase C) mi mamá oficial Comisario era clase A. Estaba mal visto desde la Armada esta situación asi que después de un noviazgo medio a escondidas se casaron. Mi papá no fue a Malvinas pero siguió navegando durante gran parte de mi niñez , ahora tiene su destino en tierra y mi mamá ya casada se dedicó a su familia.
¿Cuándo vienen a vivir al Barrio de Lugano?
Yo era bebé, en 1987 y vivió en este barrio hasta que falleció el 11 de septiembre de 2004.
Sabrina refiríéndose a esa fecha nos dice:…” yo soy docente, y es un día donde se mezclan muchas emociones, me acuerdo de mi mamá, del atentado a las Torres Gemelas y además el día del maestro”…
¿ Tuvo algún reconocimiento por ser de las pocas mujeres que participó en la guerra?
En el barrio nunca se supo nada y en vida no recibió ningún homenaje. Hace un par de años fui a una ceremonia del Estado General de la Armada donde le dieron una medalla y una placa.

Homenaje en el Estado General de la Armada, hace un par de años.Sabrina, su abuelo y VGM Gustavo Schelling
Veterano Gustavo Schelling, de la Marina Mercante, entrañable amigo de Graciela.
¿ Por qué pensás que tu mamá decidió ir a Malvinas?
Para empezar su héroe Patrio fue San Martín, a quien admiró muy especialmente. También mencionaba a Julio Cesar, Alejandro Magno, le gustaban los revolucionarios y estrategas que peleaban por una causa.
Mamá era una idealista, una soñadora. Tenía una idea en su cabeza y nadie se la sacaba.
Siempre buscó hacer la diferencia, desde la secundaria peleó por ser la mejor y en su ámbito lo logró!!!

Desde la Escuela de Comercio N° 12, del barrio de Lugano, donde Graciela vivió, realizamos este sentido homenaje a una mujer maravillosa, que transitó su vida con valores dignos de destacar.
Sin prejuicios y convencida de su elección de vida, esta mujer es un referente para las nuevas generaciones, por su entrega a los demás, su profesionalismo y su amor a la Patria, pero también por el amor a su familia: por ser una gran madre, una gran esposa y una gran hija.
Gracias Sabrina y Don Antonio, por compartir la vida de Graciela con todos nosotros!!!
Siempre la recordaremos!!!

Sabrina Testa, hija mayor de Graciela junto a su abuelo Don Antonio Gerónimo

Placa Homenaje a Veteranos de Malvinas: Escuela de Comercio N° 12
Durante la entrevista


Agradezco la colaboración de las alumnas: Naara Dominguez, Rocío Seminara y Melanie Somoghy en la realización de esta nota.

Bonfatti recibió a ex combatientes de Malvinas


Este miércoles el gobernador de San Fe Antonio Bonfatti recibió a ex combatientes de Malvinas de distintos puntos de la provincia. El objetivo del encuentro fue articular acciones de cara a la conmemoración de los 30 años del inicio de la Guerra de Malvinas, el próximo 2 de abril, y del hundimiento del ARA General Belgrano, el 2 de mayo.





Bonfatti con ex combatientes de malvinas

Al término del encuentro, Bonfatti anunció que “el Ejecutivo elevó una propuesta a los ex combatientes para que, a través de la Dirección Provincial de Vialidad, todas las rutas provinciales cuenten con la leyenda Las Malvinas son argentinas, tal como existe en otros lugares del país”.

“Con esta decisión -continuó el gobernador-, sumada a otras medidas que venimos impulsando en los últimos año, desde el gobierno provincial ratificamos y reivindicamos el derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas”.

Por su parte, Rubén Rada y Adolfo Schweighofer, presidente y vice de la Federación Veteranos de Santa Fe, destacaron que “en este año tan particular que tiene que ver con los festejos por los 200 años de la creación de la Bandera Nacional y los 30 años de la guerra de Malvinas, el trabajo en conjunto con el gobierno provincial es indispensable”.

“Santa Fe es una provincia Malvinera”, enfatizó Rada, “así que vamos a trabajar todos juntos para hacer grandes actos y seguir concientizando a las nuevas generaciones que, siempre por la paz, las Islas Malvinas nos pertenecen a todos los argentinos”.

“Siempre recordamos con alegría la intervención de Bonfatti cuando era diputado provincial. Él fue el alma máter de la ley 12.867 que hoy está vigente en Santa Fe y que es una de las mejores del país”.

Por último, desde la agrupación de ex combatientes, convocaron a toda la ciudadanía “a conmemorar con respeto, a estar atentos al tema Malvinas, a honrar a los 649 argentinos que quedaron en el sur, con trabajo, con una mentalidad malvinera, porque no son simplemente dos islas en poder de los ingleses. Nosotros tenemos que anteponerle a esta afrenta trabajo, educación, cultura y paz, porque eso es soberanía”, coincidieron.

LEY Nº 12.867

Con la implementación de la norma, los 932 santafesinos que intervinieron en la contienda, reciben una pensión mensual no contributiva -denominada “Pensión de Honor de Veteranos de Guerra de Malvinas”-, con carácter vitalicio, equivalente a la suma de tres veces el haber mínimo de pensión vigente en la provincia de Santa Fe.

Asimismo, contempla la cobertura de salud del Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (Iapos), la posibilidad de acceso a la vivienda, a becas de estudio para veteranos, y medias becas para sus hijos, la eximición del impuesto inmobiliario a quienes sean propietarios, y la prioridad para cubrir vacantes en la administración pública.

sábado, 4 de febrero de 2012

Hambre y esplendor en Malvinas (historia de un Veterano)

Varias veces he manifestado que hay muchos héroes (El piloto famoso, el Comando, etc, etc), pero hay uno que es el mas olvidado o el mas desconocido, es aquel que pasó mas de 60 días en la trinchera (pozo de zorro), alguien lo llamó el "Héroe de todos los minutos". Es el que debió luchar contra el clima, el hambre, el bombardeo aéreo, el bombardeo naval, la artillería terrestre y por último debió guardarse para verle la cara al enemigo.
La historia fue escrita con la intención de hacerle vivir a alguien que nunca estuvo en un bombardeo naval, aquellas sensaciones, espero haberlo logrado.
AUTOR: VGM Daniel Grau.


CRUZADOS

Un ruido extraño me sacó del sueño profundo en que me encontraba. Atiné a extender el brazo semidormido, repleto de hojarascas revueltas que me corrían por las venas y hormigueos típicos de un miembro entumecido. Mi mano se movió con pesadez hacia la mesa de noche para encender la luz, pero el velador ya no estaba. Los dedos palparon, en cambio, una superficie húmeda y fría, horrenda, resbaladiza, como una enorme babosa helada. El impacto me sobrecogió; abrí los ojos del todo y, de una vez, contemplé estupefacto la figura erguida de espaldas a mí de aquel ser inmóvil: el sargento Sánchez, Toto para los cercanos. Luego de un año de estar juntos en la milicia y a pesar de ser él un sargento y yo apenas un soldado, nuestra amistad pesaba más que las insignias. Salvo cuando estábamos delante de alguien de graduación militar superior, y por respeto a él, en el resto de las ocasiones lo seguiría llamando así, Toto.
Mi compañero montaba guardia atento y sin percatarse de que yo había despertado. Para graficarlo de alguna manera, digamos que yacía en el fondo de un pozo de zorro tapado con una manta húmeda de un verde descolorido. En esos diez grados bajo cero de la trinchera de las islas Malvinas, el poco calor que brotaba de mi cuerpo provocaba el desprendimiento de tenues rastros de vapor.

—Toto, ¿qué hora es? —pregunté, quebrando el silencio que sólo el viento austral se animaba a desafiar en las noches de la guerra.
— ¿Ya te despertaste? —Dijo mientras observaba su reloj de pulsera––. Te quedan cuarenta minutos más, son las dos y veinte.
— ¡No!, es suficiente. Descansá vos; yo te reemplazo ahora mismo. Ya no puedo dormir más. Tuve un sueño horrible.
— ¿Qué soñaste? Contáme.
—Dejálo así, sería revivirlo y con una vez me basta. Ya está, quiero olvidarme de eso, de mi casa, mi cama y la maldita paz que no tengo. ¿Cómo anduvo la noche? ¿Todo tranquilo?
—Sí. Es martes, no creo que usen los cañones de las fragatas. Por lo que sé, hoy no les pagan doble. Pero ya se viene el jueves, viernes y el fin de semana; ahí si que parimos otra vez. Nunca en mi vida pensé que me iban a gustar tanto los lunes y martes.
—Bueno, al menos una noche de paz hoy. Dormite tranquilo que ya estoy despierto del todo.
Me incorporé como podía, intentando liberarme de esa maraña de músculos tensos que era mi cuerpo. Ya de pie sujeté el correaje a mi cintura, adosé dos granadas de mano MK-5 a mi pecho, y así completé los preparativos para una nueva jornada de guardia, colocándome el casco y asiendo el fusil. Todo aquello lo hacía sin pensar, mecánicamente, como un torpe robot acéfalo, preparado para matar o morir.

El Sargento, mi buen amigo, me sacó del autismo en que residía mi mente con una frase llena de simpleza, pero cargada de compañerismo y afecto.
—Antes de dormir me voy a tomar una leche caliente, ¿querés una, Daniel? Te preparo —ofreció.
—Dale. Gracias, Toto. Sacá mi jarro que está abajo de la almohada —le dije.
— ¡Pero mirá vos! ¿Ahora la llamás almohada? Dos tubos de granadas de mano envueltos en una manta.
— ¡Y bueno! ¿Cómo querés que la llame? — Al fin y al cabo cumplía la función de almohada, ¿o no era ahí donde apoyábamos nuestras cabezas noche tras noche, para conciliar aunque fuera un sueño de mierda?
—Tenés razón, después de todo no es tan incomoda. Pero digo yo, ¿dormir sobre una almohada de granadas no traerá malos sueños? ¿Será eso? ¡Sueños un poco pesados!
— ¡Ja, Ja! ¡No! No seas supersticioso Toto. Además, recordá que es nuestro pasaporte seguro a la muerte y sin sufrimiento ––le dije.
Le temíamos más a la agonía, que a la muerte. Aparte de la caja de mil municiones para los fusiles y otras tantas para las pistolas, los tubos de granada y las tres granadas antitanque PDF eran parte del arsenal con el cuál contábamos para defendernos, y también nuestro pasaporte seguro al otro mundo, con garantía de no padecer sufrimiento físico. Si una bomba caía en nuestra trinchera o muy cerca de ella, como para hacernos daño, el arsenal respondería como una gran explosión en cadena.

—Así es, nomás. Esperemos que no pase ––dijo el Toto.
Se produjo una pausa casi eterna, pero lejos de hallarse vacía abundaba en temores, ideas, deseos. Nuestras mentes brillaban en destellos de locura, en la oscuridad de la incoherencia que era permanecer allí. Ahí dentro se debatía otra batalla extraña, una contienda oculta y real que cada cual conocía a la perfección, aún sin comentarla, ni mostrarla. Aquel otro campo de batalla era, sencillamente, el duelo interminable entre quebrarse o seguir, y cada uno la peleaba con lo que podía en la quietud y el silencio de su cabeza.
Espié al sargento de reojo sin que lo advirtiera, evitando distraer la vista del frente en aquella noche cerrada. Se lo veía frágil, delgado. Estaba de cuclillas en el fondo del pozo, ahora tenuemente iluminado con la luz de una vela que él mismo había fabricado con sebo de cordero. Como un ritual de cada noche y cada día, preparaba la leche en polvo, colocando las pastillas de alcohol. Lo seguí mirando, me dio ternura. Tomé conciencia por un segundo de que hoy estaba, mañana nadie lo sabía. Así me vería él mientras yo dormía. Comprendí que a pesar del poderoso fusil acunado entre mis manos, frío y temerario, yo también era un ser frágil a la deriva en el mar de las suertes.

— ¡Dany! Acá tenés ––dijo el Toto.
El sargento tenía voluntad de mejorar lo poco que teníamos, le quemaba azúcar en el jarro antes de verter la leche en polvo y el agua. De esa manera se tornaba más soportable ingerir los escasos alimentos que venían en la bolsa de raciones de combate tipo “C”. El corned beaf directamente era una abominación, aunque hacía días se había acabado. El hambre apretaba más de lo normal con el frío austral y hasta el corned beaf enlatado pasó a ser un manjar que extrañábamos.

—Gracias, está buenísima. ¿Un poquito de ginebra no había para ponerle? —le dije.
—No, se acabó anoche. ¡Qué mierda! Tengo un hambre bárbara.
––Por lo menos los cigarrillos no se acabaron ––dijo el Toto.
Tendríamos que seguir fumando para aguantar, al menos hasta que pudiera llegar un avión con provisiones.
—Yo ya estoy en los tres atados por día. ¿Y vos? ––le dije.
—Sí, yo por ahí ando. Total, de algo hay que morirse, si no es una bomba será por el cáncer de pulmón. ¡Y bueno, en fin! Será hasta mañana, al menos eso espero. Chau, Daniel, que tengas una guardia tranquila para bien de los dos.
—Que descanses, Toto.
Como siempre, nuestros diálogos estaban plagados de frases que nadaban en incertidumbre, siempre condicionadas a eventos venideros que imaginábamos pero no podíamos manejar. La guerra, entre otras cosas, trae eso consigo: dudas y más dudas de existencia, frases del tipo “Si me despierto mañana, te prometo, haré tal cosa”, “Tengo que arreglar un poco la trinchera, ¿pero para qué? Quizá ni haga falta”. “Si vuelvo a casa, me doy un baño de espuma y después me emborracho”. Era extenuante, desesperanzador, remitir todos nuestros deseos de planificar al evento siguiente, a un suceso al que nosotros no teníamos posibilidad de manejar porque no teníamos ni voz ni voto: sólo Dios y el destino podían determinarlo.
Me quedé mirando el paisaje oscuro. En la negrura de la noche apenas divisaba la silueta lejana del monte Dos Hermanas. Esforzaba mis sentidos hasta lo máximo y aún más; de eso dependía parte de nuestra suerte de ver otra mañana siguiente. He llegado a percibir ruidos a casi quinientos metros de distancia y ver en la noche como si fuera de día. Qué maravilla el cuerpo humano; cuando se lo exige siempre da más. El instinto de supervivencia activa esta maquinaria casi perfecta. Qué pena morir; tantos millones de años de evolución para llegar a un resultado maravilloso y al rato ser tan solo un sinnúmero de átomos dispersos, sin la magia de esa unidad que alguna vez formó el sueño de sentirse real...

El Toto roncaba; dichoso él que podía. Serían menos horas de padecimiento consciente; al menos ése era un recreo para escapar de la locura de la espera continua.
En aquella soledad me detuve a meditar. Y pensé:
Ahora estás en la oscuridad, en un pozo frío, húmedo, deplorable.
Sientes la soledad como una palabra que lo significa casi todo, aunque descubrirás que no es así; pronto vendrá una sensación más devastadora y se llamará terror.
Primero silencio, después una estampida lejana y sorda; cinco, para ser preciso. Otra vez silencio. La oscuridad y el frío sucumben en tu mente expulsadas por otra sensación que intuyes cercana y turbadora.
Un silbido penetrante en el aire que acrecienta su intensidad en tu oído, desgarrado por el espanto a lo desconocido.
Silbido, golpe, resplandor, estallido, estruendo, vibraciones, y un centenar de diminutas zapas clavándose en todos las dimensiones que perciben tus exaltados sentidos.
Estas allí, inmóvil, aterrado. Cinco golpes a intervalos regulares, que se van acercando. Se aproxima con pasos de gigante, clavándose en la tierra, provocando un ruido semejante al de una pala enorme que se desliza tajante en la tierra fangosa y sin resistencia, igual que tu mente.
Tus ojos cerrados no pueden evitar ver el resplandor a través de los párpados apretados, y tus oídos zumban ante el estallido como si hubiesen captado una frecuencia desproporcionada, saturada en intolerables decibeles, irreal. Te brota líquido caliente de los oídos. Parece agua. En la oscuridad palpas lo espeso y pegajoso que resulta al tacto, lo hueles. Es sangre. Los tímpanos no resisten.
La tierra se sacude y las violentas vibraciones hamacan tu cuerpo entumecido, que sucumbe en posición fetal, como un niño zarandeado por un mal ajeno a la tierra. Quieres llorar y no puedes, deseas clamar y las palabras se olvidaron en tu mente. No manejas el idioma, sólo un grito gutural que asoma a tu boca de rictus y se afloja en el aire de la madriguera, perdiéndose entre los cientos de golpes que se incrustan con disímiles sonidos en todas las direcciones del terreno que te rodea. Pero no te contiene.
En un segundo de ilación racional, recuerdas el cementerio que tanto temías de niño. Sus paredes externas llenas de graffiti irrespetuosos eran una división geográfica entre el mundo de aquí y el más allá. Tu guardapolvos blanco, de pureza angelical, se apartaba de aquel paredón al igual que tus ojos, que hurgaban constantemente la muralla como si ésta pudiera desmaterializarse y engullirte cuando ibas camino al colegio.
Ahora, en la demencia que provoca esta tangible realidad, sueñas despierto con aquella necrópolis con cruces de cemento y árboles secos, con ramas que resulta la imitación más exacta a las manos de un muerto. Deseas aquel sitio de escalofríos pasados como un dulce camastro de roca y lápida donde poder al menos dormir un poco con anhelada paz, una paz que se diluyó de los confines de tu memoria con la misma facilidad con que se pierden algunas preciosas recordaciones de la infancia y nunca más se recuperan.
El segundo silbido se aproxima, otro pie del gigante se está por asentar con su peso de muerte. Ahora más cerca... y el tercero, más aún.
El cuarto paso cae más allá de tu posición; el silbido lo delató con una prolongación sonora. Su persistencia en el aire te apacigua esos segundos. Tu oscuridad, tu desesperación, están caladas en la tierra al abrigo endeble de un pozo que no es otra cosa que un efímero resguardo. Tu tranquilidad sucumbe entre dos pies descomunales que se posan con malicia destructora y una fatiga que te envuelve en el deseo de caerte encima y destruir tu sueño de seguir sintiéndote real. En el medio de los pies estas tú, diminuto y precario, abrazado al cordel invisible de la desesperación.
La quinta pisada cae más lejos. Y cuando el silencio vuelve como la pausa necesaria para justificar un nuevo comienzo, cinco estampidos, puntuales, equilibrados entre sus espacios de tiempo, vuelven a recorrer la distancia para mutarse en el gigante de pies arrolladores. Y no puedes llorar, y no puedes pensar; apenas te aferras al patético cimiento de tus fuerzas cautivas por el dolor y el miedo, y, dentro de la oscuridad de la trinchera, sientes que la palabra soledad, que antes te deprimía, te devastaba, ahora es demasiado poco para justificar un llanto.
Allí estás, soldado de la patria, argumentando un orgullo que, con suerte, a través de los años, se figure como un orgullo ajeno. Allí estás... Tieso y acurrucado, con temblores en el cuerpo y agobio de limites desconocidos que aún no sabes si serás capaz de soportar. Pero no tienes tiempo de replantearte nada, otra andanada de bombas vienen en parabólica trayectoria para atizar la tierra, los escombros volarán una vez más y pondrán en tela de juicio tu dignidad de hombre joven, el temple de tu acero, que se retuerce amenazando con quebrarse en un sonido que se perderá en la noche, apagado por el estruendo del gigante.
Cinco horas llevas soportando la danza macabra del coloso y sus pies de pala, que comenzó a faltar al orden. Un imaginario desvarío lo lleva a dar marchas desprolijas, dispares. Eso es peor, ahora es impredecible y se acrecienta la incertidumbre de no poder calcular el próximo paso asesino. El orden aleatorio de sus pisadas no permiten ningún descarte, ahora cada bomba es una posibilidad cierta, no hay descanso, no hay tregua.
Estas allí durante cinco horas, cuatro veces a la semana, durante dos meses, y te transformas noche a noche en un número de ruleta sobre un paño verde descolorido, como la manta que contiene tus miserias y te mitigan el frío austral en el cuerpo, mientras la bola gira en el bolillero y ruegas porque no caiga en la desgracia de tu cuadricula de negro pesar, al tiempo que imaginas al destino como un alcohólico divertido paseándose con un vaso de whisky en una mano y en la otra un manojo de fichas multicolor que arroja desde el aire con la suficiencia de un millonario compulsivo por el juego. Escoge los números interpretándolos de sus sueños de camas y de putas y hace sus apuestas sin culpas y sin mirar atrás.
Te preguntas qué es ser un héroe. El diccionario puede darte una explicación proverbial del término. Pero sólo tú sabes que doblarse sin quebrarse y seguir de una pieza es una manera de dignificar el heroísmo de tu alma y su capacidad maleable, que gratificará de allí en más los días que te resten por vivir.
El heroísmo es simplemente un acto de locura aplicado a la desesperación de sobrevivir. No pienses en medallas, ni reconocimientos, cualquiera es un héroe, cualquiera es un mártir, cualquiera es un tonto, sólo es cuestión de hallarse en el lugar preciso, en el momento indicado. Lo demás... lo demás no importa, el tiempo dirá en qué pergamino se alinearán las letras que determinan tu nombre y apellido y el significado que brindará esa lámina a los ojos de los que al pasar, y como en un descuido, por simple curiosidad, la deseen contemplar.

La noche pasó, los días se continuaron...
Semidormido, como casi siempre, con el cansancio a cuestas de tantos malos ratos, con los ojos aún cerrados, extendí el brazo derecho acalambrado para asirme de la pared de barro junto a mí. Sentí un ruido fuerte al costado de mi oído y algo que estalló. De un brinco, me incorporé decidido a todo. Miré en la oscuridad hacía el sector de dónde provenía el estruendo. El velador de la mesa de noche yacía deshecho en el suelo. Mi madre, sobresaltada, prendía la luz de la habitación. La miré, le sonreí. La guerra ya había terminado unos días atrás y estaba de vuelta en casa.

O.M. Daniel Grau VGM
perteneció a la Ca Cdo y Ser del Cdo Br I X.

jueves, 2 de febrero de 2012


Cristina anunció aumento del 17,62 por ciento para jubilados y pensionados a partir de marzo

En cumplimiento de la ley de Movilidad Jubilatoria, la presidenta Cristina Kirchner anunció hoy un aumento del 17,62 por ciento a partir del 1 de marzo próximo para jubilados y pensionados, incluyendo a Veteranos de la Guerra de Malvinas.

En un acto en la Casa Rosada, la mandataria detalló que el haber mínimo pasará de 1.434 a 1.687 pesos y recordó que el 74,8 por ciento de los jubilados del país, es decir, 4,3 millones de personas, reciben este beneficio.

Este incremento significará para el Estado un gasto mensual de 1.919 millones de pesos hasta el próximo 1 de septiembre, cuando está previsto que comience a regir el segundo aumento anual en los haberes de los jubilados y pensionados de la Argentina, de acuerdo con la Ley 26.417.

"Somos el país de toda Latinoamérica que mayor cobertura tiene en materia previsional", remarcó la Presidenta, que agregó que 6,87 millones de argentinos integran el sector y cobran haberes de parte del Estado.

Un comunicado de la ANSeS divulgado a la prensa al término del acto en la Casa de Gobierno brindó más detalles sobre el anuncio de Cristina e indicó que la mínima jubilatoria será a partir del 1 de marzo de $1.687,01.

"Más de 5,7 millones de jubilados y pensionados nacionales y Veteranos de Malvinas percibirán un aumento en sus haberes del 17,62%", destacó el organismo estatal, que agregó que "la medida incluye también a más de 1,1 millón de beneficiarios de Pensiones No Contributivas (PNC)".

Así la mínima jubilatoria ascenderá de $ 1.434,29 a $ 1.687,01 y para quienes reciben los $ 45 de subsidio del PAMI, será de $ 1.732,01.

Por su parte, el haber máximo pasará de $ 10.507,90 a $ 12.359,39 desde el mes que viene.

"Esta política, enmarcada en la Ley de Movilidad Previsional 26.417, implica desde ANSeS una inversión social anual extra de $ 24.950,98 millones", señaló la entidad.

Este aumento es el más alto desde la aplicación de la Ley de Movilidad, en marzo de 2009.

"Este índice de movilidad es el más equitativo y seguro, es una garantía de crecimiento. La Argentina es el país con la tasa de cobertura previsional más alta de Latinoamérica, con el 95,1%", sostuvo Cristina.

"En esta fórmula de movilidad observamos el círculo virtuoso del mercado interno para el crecimiento inclusivo de todos los argentinos", agregó la mandataria, en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada.

Por su parte, Diego Bossio, director ejecutivo de ANSeS, indicó: "La iniciativa de nuestra Presidenta en 2008, de aumentar dos veces al año los haberes previsionales, es una muestra más del carácter inclusivo de este Gobierno".

"Los adultos mayores están en la agenda desde el 2003, gracias a lo cual hoy tenemos el mayor haber jubilatorio mínimo en dólares de toda la región", agregó.

Desde la puesta en marcha de la Ley de Movilidad se produjo un aumento total del 144,5% en los haberes, detalló la ANSeS.

Además, desde 2003 a la fecha, el haber mínimo se incrementó en un 1.025%, multiplicándose su valor en 11,25 veces: antes de la aplicación de la ley, era de $ 690.

Al comparar la nueva jubilación de marzo de 2012 con la del mismo mes del año pasado, de $ 1.227,78, se obtiene una mejora interanual del 37,4 por ciento.